El cuaderno de Chapu: "Ahora, así y aquí"
La reflexión política de Chapu Apaolaza que anota en su cuaderno en La Brújula
Traigo las notas del 28 de enero, ya han llegado las mimosas y qué gran atardecer. El sol enciende las copas de la ciudad. Los bloques junto a la M30 se ven naranjas y calientes como los bajos de un cohete.
Ahora todo parece muy fácil, pero había que levantarse esta mañana y echarse a la calle después de caer la helada y de saber que el Gobierno pretende sacar a cincuenta presos etarras de la cárcel convalidando sus penas cumplidas en otros países a cambio de lo que sea.
En el atasco, cristales empañados y luces rojas como de llorar por la profanación de algo sagrado. Soy ese tipo que agarra el volante con la mirada vacía, ese que lo ves y te preguntas en qué estará pensando ese, y está pensando en España.
Detrás canturrean las niñas. Arranco, acelero y paso el primero. La maldición del urbanita son la prisa y el reflejo de querer llegar antes a dónde y para qué. La costumbre de escapar de algo que uno teme sin siquiera conocerlo. Tenemos el mandato de vivir y de ser felices ahora, así y aquí: esperando a entrar en la rotonda, a las puertas de la guerra y en la sexta ola.
Hay que caminar junto a Paloma por la acera, verla dar saltos y cambia el paso sin razón aparente, celebrar la victoria a juegos cuyas reglas solo ella conoce y conversar con gentes que viven en su cabeza. O es que lo que no existe es todo lo demás, y la vida está ahí junto a ella, dándole la mano camino de clase esta misma mañana. “Papi, aparca el coche lejos del colegio para que vayamos paseando juntos” es lo más bonito que me han dicho en la vida.