La situación de El Salvador, la lucha contra 'las maras'
Las claves de La Brújula en la que analizamos la situación de El Salvador con Sonja Wolf, profesora de Ciencias Políticas en el Centro de Investigación y Docencias Económicas de México
El año pasado, en marzo, el presidente de El Salvador, Nayib Bukele, aprobó, con la aprobación del parlamento, el Estado de Excepción en todo el país, para enfrentar a la violencia generada por las pandillas, las conocidas “Maras”, responsables, en gran medida, del altísimo índice de homicidios que durante años ha situado a El Salvador como uno de los países más peligrosos del mundo…..
Desde entonces, los poderes extraordinarios otorgados al estado, con miles de detenciones a sus espaldas, han escandalizado a medio mundo, y admirado, por sus resultados, al otro medio. El último capítulo ha sido la exhibición (obscena para algunos) de 2mil pandilleros en el traslado a una cárcel de máxima seguridad por parte del presidente Bukele, asegurando que los presos “vivirán por décadas” entre rejas….
Entre quiénes se han mostrado críticos, la propia Naciones Unidas, y multitud de organizaciones de derechos humanos. Esto dice Erika Guevara, directora para las Américas de Amnistía Internacional.
A favor, pues parece que la mayoría de salvadoreños (así hay que decirlo), que han llegado a otorgar un altísimo índice de aprobación al presidente Bukele del 88%. Un debate, el de cómo conjugar el respeto de los Derechos Humanos con la Seguridad ,siempre complejo, y más aún en un país como El Salvador, asolado por la violencia durante décadas.
Sonja Wolf. autora de 'Mano dura' pasa por La Brújula y explica que "la política de mano dura es un enfoque que se ha implementado en años anteriores por diversos gobiernos, es una estrategia muy represiva. Es impactante cuando vimos las imágenes de los pandilleros arrestados."
"Hay muy poca transparencia, se sabe muy poco sobre las personas a las que está arrestando la policía... Pero no basta con arrestarlas, hay que investigar los crímenes. Las pandillas son grupos sociales, no criminales, que surgen en condiciones de marginalidad es ahí donde hay que empezar esta labor", añade.