¿Por qué existe la menopausia?
Es algo que la ciencia ha estudiado más intensamente en los últimos años.
Bueno, me has dicho que hoy quieres hablarnos de la menopausia. Efectivamente, algo que va a afectar al 50% de la audiencia. ¿De qué aspecto nos quieres hablar exactamente? Pues quiero hablaros de algo muy sencillo y, a la vez, muy novedoso; algo que sólo se está pudiendo estudiar en los últimos 10 años: de por qué existe la menopausia. O sea, de por qué la evolución ha permitido este estado tan peculiar.
Que, por si hay alguien muy joven en la audiencia, aclararé que consiste en que las mujeres dejan de ovular a partir de una cierta edad, que suele estar entre los 45 y los 55 años. O sea, dejan de poder tener hijos.
¿y por qué dices que es tan peculiar? ¿No es una consecuencia del envejecimiento, de que el cuerpo deja de poder tener hijos? Pues ahí está la gracia, que no. La menopausia es un final programado de la fase reproductiva, está en nuestros genes. Esto lo sabemos porque la casi totalidad de los animales no tienen menopausia: las hembras pueden tener hijos hasta el día en que se mueren. Desde luego, hay casos concretos de individuos que tienen algún problema, alguna enfermedad, y pierden esa capacidad, pero lo nuestro es más que eso: es un plan, metódicamente ejecutado por la biología. Y un plan… que es evolutivamente contradictorio.
Pues porque la evolución lo que quiere es que multipliquemos nuestros genes. Que dejemos tantos hijos como sea posible. Tener un hijo a los 55 años es peligroso para la madre, pero eso a la evolución le da totalmente igual. Un animal que no puede tener hijos, a los ojos de la evolución, es como si ya estuviera muerto. Así que la evolución va a preferir que lo intentes, y si te mueres en el proceso pues bueno, qué se le va a hacer.
Por eso este “frenazo voluntario” que es la menopausia es tan tan extraño y requiere una explicación.
Explicado así sí que parece un pequeño misterio. ¿Y dices que en los últimos años hemos conseguido arrojar un poco de luz sobre él?
Bueno, siempre ha habido teorías, ideas sobre por qué pasa esto, pero eran muy difíciles de comprobar porque… sólo teníamos nuestro caso. Los humanos tienen menopausia, pero nuestros parientes más cercanos, chimpancés y gorilas, no. La menopausia parecía una rareza de la especie humana. Otra más.
Hasta que hace unos 10 años nos dimos cuenta de que no estamos solos. Hay otro grupo de mamíferos que tienen menopausia, pero a priori no se nos parecen mucho: los cetáceos.
¿Cómo las ballenas?
Efectivamente. En concreto los cetáceos con dientes. Tienen menopausia las orcas, las belugas, los narvales, las falsas orcas y los calderones de aleta corta. Y lo que es más importante: en los cetáceos la menopausia no ha aparecido una vez, sino cuatro veces de forma independiente. Así que, de repente, estos animales se han convertido en el laboratorio perfecto para entender la menopausia. Todo consiste en ver qué tienen todos ellos en común (y en común con nosotros). Y un artículo que se publicó en Nature hace unas semanas parece que encuentra el rastro de dos preguntas muy importantes: cómo apareció y por qué a la evolución le gusta esta rareza.
Pues empieza por contarnos el cómo. Bueno, de siempre ha habido dos hipótesis: o bien la menopausia se debe a que las hembras reducen su periodo fértil (o sea, viven lo mismo que vivían antes pero pueden tener hijos durante menos tiempo) o lo contrario: alargan su vida (antes podían tener hijos hasta que se morían y ahora viven más allá de ese periodo). Este artículo, analizando estas especies de cetáceos, establece que lo que ha pasado es que han alargado su vida. Los autores han comparado cuánto viven las especies con menopausia con otras similares sin menopausia y las que tienen menopausia viven un 50% más, incluso el doble!
O sea, que la evolución de la menopausia no toca los mecanismos de reproducción. Lo que toca es los mecanismos de longevidad.
Y ahora la pregunta del millón, que es ¿y por qué? ¿Qué ventaja tiene la menopausia? Pues los autores han establecido algo que ya se venía sospechando: que el porqué no es sólo biológico, sino también social. Resulta que los grupos familiares de cetáceos están organizados de forma que a las hembras viejas les sale más a cuenta cuidar de sus hijos y nietos que tener más hijos.
¿Por qué? ¿Cómo están organizados esos grupos?
Resulta que los cetáceos, a la hora de reproducirse, mandan a sus machos a otro grupo, mientras que las hembras reciben a los machos de otros grupos. Después todos los machos vuelven a sus grupos originales y las hembras dan a luz sin moverse de casa. Esto tiene como resultado que, a la larga, las abuelas tienen más ADN en común con los nietos (machos) que con los hijos. En cambio, tienen más o menos el mismo en común con sus hijas y con sus nietas.
Míralo de la siguiente manera: si la abuela intenta tener hijos va a estar compitiendo por los recursos con sus hijas y con sus nietas. En cambio, si se dedica a cuidar y educar, sobre todo a los machos, cuanto más tiempo pase más ADN propio estará preservando, porque los machos jóvenes están cada vez más emparentados con ella. Llega un momento en que competir con sangre de su sangre le sale a perder, comparado con ayudar a sobrevivir a otros que también son sangre de su sangre.
La evolución ha encontrado para esto la solución ideal: vamos a impedir que tengan hijos a partir de cierta edad. Pero vamos a alargarles la vida, de forma que esa etapa de educadoras sea lo más larga posible. En una palabra: la evolución inventó la menopausia.
¿Y sabemos si esto es lo que pasó también con la especie humana? Eso, a día de hoy, no está claro todavía. Los primates también son muy sociales, tanto nosotros como nuestros parientes, pero nuestras costumbres son diferentes: en los primates las hembras se reproducen dentro del grupo y después se van con sus hijos a un grupo diferente. ¿Aplican las mismas normas a esta situación? ¿O es que nuestro linaje, el género Homo, cambió las normas a mitad partido y por eso la menopausia sólo ha evolucionado en nosotros? Estas preguntas todavía están abiertas.