Javier Gomá: "Encontrar tu peso ideal, con quién y con qué te quieres cansar"
Javier Gomá nos da las claves del peso ideal, en sentido metafórico y literal.
La gente suele elegir el don divino de no engordar. En sentido simbólico, la vida humana es una vida densa, es un peso, y vivir produce cierta pesadumbre. Al final del día y de la vida uno está cansado, y se trata de decidir con quién y con qué te quieres cansar. Encontrar tu peso ideal, el arte de cansarse bien.
De niños, los padres nos transportan en brazos, nos acunan, pero enseguida nos toca a nosotros soportar la tensión para permanecer en pie merced a nuestro propio esfuerzo. Tan pronto te haces mayor, sientes una gravedad.
Hay alivios que aligeran temporalmente la carga, como cerrar los ojos y abandonarnos al sueño por las noches y, a lo largo de la vida, algunas experiencias que nos regalan instantes de ingravidez: la jovialidad, el entusiasmo, la ebriedad o el éxtasis amoroso. Son los pondus in altum, pesos alados que nos elevan a lo divino.
Al final del día, antes de dormir, y al final de la vida, antes de morir, estaremos cansados. Como esto es seguro, lo que está en juego no es si nos cansaremos o no, sino con quién o con qué, qué pesos de los muchos existentes escogemos para nuestros hombros durante el recorrido de la vida.
Cuando todavía estás a tiempo de elegir, vuelve la vista atrás y calibra si mereció la pena cansarse como lo has hecho o podías haber elegido mejor. Esa anticipación es el arte de encontrar el peso ideal para uno mismo. Cuando se elige bien, sopesadamente, la vida suelta lastre y pasa volando.
Si no educamos el ego, tendemos a divinizarnos. Pensemos en dejar el recuerdo de una imagen amable de lo humano. Quien sea capaz de afrontar la muerte con naturalidad, evitando conceder demasiada importancia a su propia desaparición, estará matando de algún modo a la muerte y rompiendo su aguijón o, al menos, haciéndolo redondo, como las puntas de esos sables de juguete que pinchan sin hacer daño. El arte de bien morir.
Una definición de la ética podría ser ésta: el arte de elegir nuestro cansancio futuro.