Los espejos nocturnos o como reconocerse "hasta cierto punto" en las cosas que se escriben
Ángel Antonio Herrera presenta su obra reunida Los espejos nocturnos, una trayectoria a lo largo de 30 años de escritura.
Ángel Antonio Herrera presenta su antología poéticaLos espejos nocturnoseditada por Akal y recorre buena parte de la vida del autor que fue muy joven en su impulso poético. Confiesa que el jamás abandona la poesía, pero que la poesía le abandona a él "de cuando en cuando". Confiesa que no pertenece al grupo "del ejercicio del verso" que se pone a cada rato. Escribe sólo cuando la poesía le visita. Comenta que lleva nueve años escribiendo a rachas un poemario futuro.
Estos 30 años de publicar versos le han producido "ciertas satisfacciones y también desaires y desencuentros con la escritura propia". Explica que mucha es antigua y que "uno se reconoce hasta cierto punto en las cosas que escribía, sobre todo en el modo de resolverlas".
Al principio su manera de escribir tendía hacia la estrofa que luego evolucionó hacia la prosa poética. Su poesía primera, entre los años 80 y los 2000, es ceñida y tienen un sustento musical clásico, no encubierto. "Es la palabra la que ordena el pensamiento", comenta el autor. "Si este libro tiene algún interés es la génesis de una escritura, pero en sentido contrario". Explica que no lo ha ordenado cronológicamente sino, desde lo más cercano hasta el poemario de los años 80. Su lógica es que lo que menos descontento le tiene es lo último y, de esta manera, le parecía más seguro.
Pese a que es un recopilatorio de poemas de 30 años su voz es reconocible en todo el itinerario. Explica que cree "profundamente" en el lenguaje. "Los poemas del chaval de 20 o 18 años que es el que empezó a publicar sí tienen parentesco en el lenguaje".
La noche, como un territorio de libertad; la jarana, la culpa y la mujer están presentes a lo largo de toda la antología.