LAS CLAVES DE LA BRÚJULA

¿Disponemos de herramientas para superar un drama como el vivido en Valencia?

Nuestra psicóloga María Jesús Álava Reyes nos ayuda a comprender las secuelas psicológicas que un suceso como el de Valencia puede dejar a sus supervivientes.

ondacero.es

Madrid |

¿Qué clase de conmoción sufre una persona que queda atrapada por el fuego durante horas y que casi da su vida por perdida? ¿Qué clase de recuperación y de trabajo le espera para tratar de recuperar una estabilidad mental?

María Jesús Álava Reyes explica que "es algo muy delicado". En un primer momento, el estado de shock es "tan intenso" que se actúa desde la parte de supervivencia. Pone de ejemplo a la pareja que ayer se quedó atrapada en el balcón que han relatado que no se abrazaban entre ellos porque eso significaba "darse por perdidos" y "como de alguna forma despedirse". "En todo momento lo que tuvieron fue una actitud de pedir ayuda y muy proactiva. Prevaleció por encima de todo ese sentimiento de 'me quiero salvar' y voy a poner mi mente en función de ese objetivo", cuenta.

Las secuelas pueden durar años

Asegura la psicóloga que ayer "se salvaron, sin embargo las secuelas les van a durar días, meses incluso años". Añade que experimentaran diferentes fases en la aceptación de lo que ha ocurrido. "Puede haber personas que un momento determinado entren en un estado de incredulidad. Posteriormente, pasan a una fase como de decir 'esto por qué me ha tocado a mí' y una tercera donde aparecen las reacciones emocionales: angustia, pena, tristeza, ansiedad, rabia, de auténtica desesperación", desarrolla Álava Reyes.

En cuanto a aquellos que han perdido a un familiar, comenta la experta que es necesario que las personas que están al lado los acompañen para que puedan abrirse y expresarse. Subraya que la actitud debe ser de "escucha, afecto y empatía". Importante no preguntarles qué sucedió porque volverían a vivir la tragedia. "Ayudarles quitándoles cualquier sentimiento de culpa que pudieran tener e intentando que vuelvan en la medida de lo posible a sus actividades cotidianas".

Por último, señala que en los niños aparecerán muchos miedos, como dificultades para dormirse o que se aumenten los terrores nocturnos. Sostiene que será "fundamental" el modelo que tengan y que la capacidad de reacción que tengan es "mayor que la de un adulto".