Borja Bauzá: "La afición ultra en España está considerada una escena menor"
El periodista Borja Bauzá nos trae su libro titulado "La tribu vertical", una historia de los ultras, los hooligans y otros grupos radicales del fútbol español.
Hoy el periodista Borja Bauzá nos trae su libro titulado La tribu vertical editado por Libros del K.O., una historia de los ultras, los hooligans y otros grupos radicales del fútbol español.
En él, Bauzá habla de la pasión que se transforma en fanatismo y la afición, a veces, en violencia y crimen. Tras casi seis años de investigación, ordenado cronológicamente por eras, cuenta que la mejor época de estos grupos fue entre los últimos años de los 80 y los primeros de los 90, hasta que se monta la Comisión Antiviolencia en el año 92, cuando la violencia en el fútbol se convierte en una cuestión de Estado.
"Es el año del ingreso verdadero de la modernidad de España". Ese año, nuestro país gana transformación con la EXPO, las olimpiadas. A raíz de una tragedia con una bengala que acabó con la vida de un niño, suceso "que no protagonizan los ultras", se inicia una ofensiva del Estado contra ellos.
"Florentino y Laporta son los dos único presidentes que consiguieron contener la violencia de los ultras de las gradas". La diferencia de la afición ultra en España y el resto de países es que la escena española en el resto del mundo está considerada una escena menor, "son grupos más pequeños, viajan mucho menos. El historial violento es también menor", señala el autor.
"La gente muchas veces se echa las manos a la cabeza", pero si se compara lo que sucede aquí con otros países como Italia, Grecia, Turquía, incluso Suecia y Suiza, allí "son tremendos".
El groundhopping es una tendencia al alza que consiste en ir de campo en campo de fútbol siguiendo partidos. En España tiene fama el derbi Real Madrid-Barça. "Hay gente que va por la afición, por la pasión, y también hay gente que simplemente va a ver clubes locales, a pasárselo bien, a interactuar con la gente".
El que también tiene mucha fama es el derbi de Belgrado, "produce turistofobia" porque es su derbi y no quieren que nadie se apropie de su territorio. "A muchos jugadores no les hacía gracia la violencia e intentaban separar lo malo de lo bueno: la animación, el ambiente, y ese compadreo se puede entender también por ahí", apunta Bauzá.