LAS CLAVES DE LA BRÚJULA

Alguien tenía que decirlo: Julio Iglesias

José Ignacio Wert nos habla en 'La Brújula' del artista español.

ondacero.es

Madrid |

Ha llegado el momento: vamos a hablar de ÉL. Cualquier excusa sería buena para hablar de Julio Iglesias. Por buscar una percha: a finales de diciembre falleció Jean Claude Deutsch, el fotógrafo que inmortalizó varias veces al cantante madrileño, incluida esa imagen impagable que de vez en cuando se vuelve a viralizar en las redes sociales y que se tomó en el avión privado del cantante.

Seguro que ya la están viendo en sus cabezas: Iglesias está ante un menú que se compone de vino tinto, tortilla de patata y un cubo de pollo frito del Kentucky. El atuendo consta de camiseta de tirantes azul y pantalón blanco. Esta imagen nos lleva derechos al asunto del aspecto de la carrera de Julio Iglesias que queremos tratar.

Aquel dueto casi no se trunca antes de nacer porque Iglesias llegó a casa de Nelson y no terminaba de entender el aspecto del cantante ni el olor a marihuana que impregnaba toda su propiedad. “Es que aquí huele mucho a porro”, le decía a su manager Alfredo Fraile. Pero esa es la gran proeza de Julio Iglesias: haber triunfado en el mercado americano. Hoy, en 2025, en el que un chaval que se grabe y se suba a YouTube puede tener millones de reproducciones en todo el globo en cuestión de minutos.

En los años 80 esto no era así. De ahí que tenga mucho mérito que un artista español decidiera que el mercado hablado en nuestro idioma se le quedara pequeño y asaltara los Estados Unidos. Y ahí tuvimos a un producto típico de la burguesía madrileña anunciando Coca-Cola o yendo como invitado al programa de Johnny Carson.

Enseguida hablaremos de libros que están a punto de salir al mercado pero antes tenemos que recomendar también HEY!, de Hans Laguna, que era un ensayo que precisamente se centraba únicamente en este aspecto de la carrera de Iglesias.

Pero claro, esto de asaltar el mercado de Estados Unidos… hay que hacerlo en inglés.

El gran placer culpable de la carrera de Julio Iglesias son sus estupendos discos en inglés porque ya tiene mérito haber triunfado en una lengua hablándola, o más bien cantándola. Claro, uno oye el inglés de Julio Iglesias y lo primero que piensa es cómo ha podido ganarse la vida y desenvolverse tantos años en ese país. Ya imaginamos que, en su posición, quizá no tenga que hacer muchos recados, pero se pregunta uno cómo compararía el pan.

Pero vamos a preguntar a alguien que ha enseñado y que sigue enseñando inglés a muchos españoles, que además es estadounidense, de Texas para más señas. Richard Vaughan.

Y ahí reside parte del encanto de los discos de Julio en inglés: sí, no hablo el idioma demasiado bien, ¿y qué? Tengo carisma de sobra para suplirlo. Estamos escuchando la prueba de que no se rindió. En 1988 sacó otro disco en inglés, NON STOP, que le llevó a cantar MY LOVE junto a Stevie Wonder.

Y había más. En 1990, STARRY NIGHT, con CAN’T HELP FALLING IN LOVE que popularizó Elvis Presley.

Hablábamos antes de libros que están a punto de salir. El 3 de marzo aparecerá en Libros del Asteroide EL ESPAÑOL QUE ENAMORÓ AL MUNDO. Que no es otro que Julio Iglesias. El autor es el dueño de una de las mejores prosas de su generación, Ignacio Peyró. Que resulta que fue director del Instituto Cervantes de Londres (ahora lo es en Roma) y que escribió hace unos años POMPA Y CIRCUNSTANCIA, un diccionario sentimental de la cultura inglesa. Bueno, no es Estados Unidos pero la lengua es la misma. No nos hemos resistido a preguntarle por el desempeño de Iglesias en el idioma de Shakespeare. Nos da una clave biográfica: en su juventud fue a Londres a estudiar la lengua pero prefirió estudiar a Gwendolyne. De modo que cuando cruzó el charco las carencias se notaron.

FRAGILE con segundas voces de su autor, Sting, sale en CRAZY (1994). Habría otro disco en inglés más, ROMANTIC CLASSICS, hace casi 20 años ya, en 2006. No parece muy probable que ya vemos otro disco de estudio de Julio Iglesias, si así fuera, por favor, que sea en inglés.