La carta de Ónega al viaducto derrumbado en la A6: "Tú eres el símbolo de la otra España vaciada"
La carta de Fernando Ónega en La Brújula al viaducto derrumbado en Lugo
Te pido permiso para una carta extraña. Es una carta a un viaducto de la autovía A-6, a la entrada de mi provincia de Lugo, entre los municipios de Vega de Valcarce y Pedrafita do Cebreiro. Va a hacer una semana, sobre las 10,30 de la mañana del pasado martes, 7 de junio, los vecinos oyeron un gran ruido y es que te habías derrumbado.
Habías colapsado, palabra que ahora se usa cuando algo se cae. Y ha sido milagroso por dos importantes razones: la fundamental, que ningún coche pasaba en ese momento, con lo cual no hubo desgracias personales. Si alguno pasó en los minutos siguientes, debe haber tenido la fortuna de ver a tiempo el gran agujero y frenar. Y tampoco descarto que estuvieras cortado al tráfico porque el tráfico lleva más de un año cortado más o menos a esa altura. La segunda razón para hablar de prodigio es que, fuera de Galicia, el Bierzo y León, casi nadie se enteró del hundimiento.
La portavoz del Bloque Nacionalista Galego, Ana Pontón, dijo hoy que si el suceso hubiera ocurrido en Madrid o Cataluña, el comportamiento del gobierno hubiera sido distinto y yo añado: y el comportamiento informativo también, señora Pontón. Si el colapso del viaducto de una autovía se hubiera producido en Cataluña, habría una razón más para denunciar que España les roba, incluso en las obras públicas.
Si hubiese ocurrido en Madrid, los programas de noticias seguirían abriendo con tu derrumbe, como si hubiera colapsado la Torre Eifel, un edificio del complejo de La Moncloa o una de las Cuatro Torres. La ministra de Transportes habría acudido a ver qué había pasado. Los periódicos publicarían reportajes y sesudos editoriales.
Los partidos habrían pedido ya una comisión de investigación. Pero tú estás, querido viaducto, a la entrada de Galicia por la provincia de Lugo, donde nunca habrá tren de alta velocidad, donde Castilla y León pierde su nombre, entre Vega de Valcarce y Pedrafita. Y ahí un viaducto hundido no es noticia, por qué va a ser noticia si nadie ha muerto. Tú eres, viaducto, el símbolo de la otra España vaciada. Porque hay una España de las casas abandonadas y derruidas, vaciada de gentes y recursos y hay la triste España que, ni derrumbada, suscita la atención informativa. La triste España vaciada hasta de la información.