La carta de Ónega a Concha Velasco: "No se puede entender el cine español sin ti"
Fernando Ónega dirige su carta en La Brújula a la actriz Concha Velasco, quien se retira de los escenarios a sus 81 años
Y buenas noches, Concha Velasco. A mí que no me fastidien, pero la gran noticia de esta semana no ha sido el precio de la luz ni esas zarandajas. La gran noticia se produjo el martes, creo que fue el martes, en el Teatro Calderón de Valladolid cuando lanzaste la bomba: "está será mi última actuación". Ignoro si lo has cumplido, me extrañaría que lo hayas cumplido, pero ha sido tu telegráfica despedida, Concepción Velasco Varona, nacida el año del rey Juan Carlos, 1939.
Me hice el sorprendido, busqué en los papeles y pude saber que tus hijos te lo pidieron de rodillas: mamá, que has trabajado bastante, mamá bájate ya del escenario. Y tú cumpliste, al menos de boquilla, ese mandato. Y lo que me sorprende es que no se haya hecho un gran silencio en España o todo lo contrario: que España no estallase en un aplauso tan grande como la piel de toro.
Te lo debemos, Concha. Te debemos ese aplauso que resuma todos los aplausos que te hemos dado en tu vida. Es que formas parte de nuestro paisaje artístico y humano más entrañable, Concha. Es que eres como de casa. Es que llevamos 67 años, desde que tú tenías 15, reina mora, viéndote en el cine como chica ye-yé, de chica de la Cruz Roja, en el drama y la comedia, jugando al erotismo y jugando al misterio, entretenida con Landa o saboreando los cabreos de Fernán Gómez o picardeando con Sacristán. ¿En cuántas películas, Concha? A mí me parece que un ciento, y no sé si me quedo corto.
No se puede entender el cine español sin ti. Y te fuimos a ver al teatro, yo creo que en medio centenar de obras. Y tampoco sé cuántos espectáculos musicales. Y has hecho una docena de discos. Reina de la escena, cantante cuando has querido, bailadora, presentadora. ¿Se puede hacer algo más en una vida, Concepción Velasco Varona? Sí, se puede hacer algo más: ser madre, pasarlas canutas en tu vida privada y en tus cuentas, pero ser buena gente, llenar de alegría este país, desparramar encanto, tener un corazón de oro.
Ignoro si la del martes ha sido tu última representación. Prefiero quedarme con la duda, porque estoy seguro de que nunca bajarás del todo el telón. Y si un día lo bajas, tengo discos y tengo películas y tengo grabaciones suficientes para e charme un farol y decir: esta noche ceno con Concha Velasco. Y a ver quién lo desmiente.