Territorio Negro: La estrecha relación entre el cine porno y la trata de personas
Luis Rendueles y Manu Marlasca nos hablan de la 'Operación Apóstol' que acabó con la detención de un hombre y una mujer acusados de haber prostituido a más de 120 mujeres en los últimos años.
Luis Rendueles y Manu Marlasca nos cuentan una operación de la Policía Nacional que ha acabado con la detención de una pareja -hombre y mujer- que ha sido acusada de haber prostituido a más de ciento veinte mujeres en los últimos años. Y, atención, porque van a saber también la estrechísima relación que hay entre el sórdido mundo del cine porno y la trata de seres humanos.
Empezamos como empezó la Policía. A principios de este año una mujer se presenta en una comisaría de una ciudad de España y cuenta una historia terrible.
Se presenta en una comisaría de una ciudad que no vamos a revelar para proteger a esa mujer, la denunciante que ayudó a desmantelar esta trama. Se trata de una chica de origen colombiano nacionalizada española, de 'veintipocos' años y madre de una niña de corta edad. La mujer llevaba ya meses fuera del mundo de la prostitución y asesorada por la oenegé que le dio cobijo y ayuda acude a la Policía a contar su historia.
¿Qué historia cuenta la mujer en comisaría?
Esta chica cuenta a los agentes que el sueño de su vida era ser actriz y que por eso trataba siempre de estar cerca de ese ámbito: rodajes, sesiones de fotos, castings… La mujer cuenta que en una de esas sesiones conoció a un hombre de cuarenta y tres años llamado José Manuel, que le pidió ayuda en labores de peluquería durante una sesión fotográfica. Ella tenía conocimientos de esa materia y se prestó a ayudarlo. A parir de ahí, el tipo la llamó varias veces prometiéndole trabajos relacionados con el mundo de la moda. Incluso llegó a hacerle una sesión de fotos a ella y a su hija de modelos. Después, José Manuel siguió con su labor de captación diciéndole que él tenía contactos con distintas productoras de cine y televisión y que andaba en negociaciones para sacar adelante una serie para Netflix.
Serie que fue el cebo perfecto para esa chica que soñaba con ser actriz. José Manuel incluso le hizo llegar distintos correos electrónicos que supuestamente procedían del equipo de producción de la serie. Además, él decía que tenía su propia productora y realizó varias entrevistas a la chica para ver en qué papeles podía encajar y supongo que no será ninguna sorpresa para nadie revelar que lo que le dijo era que había sido elegida para un papel de prostituta.
Pues no, no es ninguna sorpresa. ¿Qué pasa a partir de ese momento?
A partir de ahí va enredando a la chica, que sigue convencida de que va a ser actriz. Primero logra que la joven haga de webcammer, es decir, que se desnude y se masturbe delante de una cámara, imágenes que se difundían a través de distintas webs pornográficas. Después, le dio trabajo como actriz, pero como actriz porno en películas que se emiten en el mismo tipo de web. El último paso que dio José Manuel fue llevarla a su casa y concertar allí una cita con un hombre que pagó por tener sexo con ella. Y todo con la excusa de que tenía que conocer bien el trabajo de las prostitutas para encarnar a una de ellas en la supuesta serie.
La chica acabó explotada sexualmente en un club de Elche que regentaban José Manuel y su pareja, Jennifer, una mujer de veintisiete años, exprostituta. Hay que dejar claro que en este caso la chica, la víctima, no tenía ninguna intención de dedicarse a la prostitución, a diferencia de algunas otras víctimas de esta pareja, que sí sabían dónde iban a acabar, aunque no las terribles condiciones que iban a tener. Esta chica, la primera denunciante, estaba en una situación muy vulnerable: su pareja, el padre de su hija, acababa de dejarla para meterse en una secta y por tanto captarla fue muy fácil para José Manuel, un tipo, como ahora veremos, con mucha habilidad para manipular a las mujeres y socavar su autoestima.
La Policía tiene esa primera denuncia ¿Qué hacen a partir de ese momento?
En la denuncia de esta mujer se hablaba de un club de Elche y se citaba el nombre del tipo que la engañó, así que los agentes que recibieron la denuncia se comunicaron con sus colegas de la comisaría de Elche. Allí, el tal José Manuel era conocido, porque una mujer le había denunciado por hechos parecidos en el año 2020. Él y su pareja, Jennifer, fueron detenidos, pero no ingresaron en prisión y aún están a la espera de juicio. El grupo de investigación de la Brigada de Extranjería de la comisaría de Elche se hace cargo de la investigación y habla con la denunciante para obtener más detalles. Con estos primeros mimbres abren la operación Apóstol. El nombre viene de los vídeos moralistas y doctrinarios que el sospechoso, pese a dedicarse a lo que se dedicaba, colgaba en sus redes sociales.
En este caso la investigación empieza con muchos datos. La Policía tiene la identidad del sospechoso y hasta los lugares donde las mujeres ejercían la prostitución. ¿Quién es este tipo?
José Manuel es un español nacido en 1979. En el registro mercantil figura como responsable de cuatro sociedades, dedicadas a distintos sectores: la producción de cine y televisión, la inversión, el sector inmobiliario… Y después cuenta con una empresa ficticia que era la que empleaba para captar a sus víctimas y que tiene el sugerente nombre de Mady Models. Se supone que esa era la compañía para lanzar al estrellato a las chicas que querían hacer carrera como modelos o actrices y que acababan ejerciendo la prostitución. Es una persona relativamente conocida en ese submundo del cine porno y ya tenía antecedentes por un delito de corrupción de menores.
¿Qué hace la Policía?
Esta vez no quieren que se escape, como en la anterior detención, así que los agentes de la comisaría de Elche dedican un par de meses a investigar a la pareja para saber con certeza a qué se dedicaban y en ese periodo, los policías también buscan otras víctimas para aumentar la carga acusatoria contra ellos. La propia denunciante facilita a los agentes las identidades de otras mujeres que han caído en manos de este proxeneta. Algunas siguen dentro de la red, pero otras han logrado salir. Todo lo hacen con el máximo sigilo porque no quieren dar la oportunidad a los sospechosos de deshacerse de las pruebas.
¿Qué averigua la Policía en esos dos meses de investigación?
Descubren que las mujeres que maneja José Manuel se prostituyen en un club de Elche y, ocasionalmente, en la casa que el proxeneta tiene en Novelda. El club permanece abierto doce horas al día en un horario algo extraño en el sector: de diez de la mañana a diez de la noche. Los agentes que vigilan el local comprueban que hay clientela desde bien temprano y también se dan cuenta de que el club está en horas bajas: ya no es un local, tal y como se anunciaba antes, de alto standing, sin que ha bajado de categoría. En el club trabajan en torno a diez o doce chicas simultáneamente, todas ellas entre los veinte y los treinta años y extranjeras o nacionalizadas.
¿En qué condiciones trabajaban esas mujeres?
Ellas nunca podían elegir los clientes, sino que eran José Manuel y su pareja, Jennifer, los que decidían cuál de las chicas trabajaba y con qué clientes. Las tarifas no eran, ni mucho menos, de alto standing: cien euros por una hora, cincuenta por media hora y treinta por quince minutos. En teoría, las chicas se quedaban el sesenta por ciento de ese dinero, pero la verdad es que en el mejor de los casos llegaban solo al cincuenta por ciento, porque los proxenetas se inventaban todo tipo de multas y sanciones para pagarles menos: por no conseguir que los clientes consuman copas, por manchar algo, por estar enfermas o indispuestas…
¿Y estos proxenetas amenazaban a las mujeres de alguna forma para mantener la disciplina, para que no hubiese fugas?
Sí, pero de una manera muy sutil y muy cruel a la vez. José Manuel era un maestro en manipular y en socavar la autoestima de las mujeres de distintas formas. Por ejemplo: en ocasiones tenía a una de las chicas sin trabajar, sin darle clientes. Les decía que no servían ni para prostituirse y para enseñarlas, las obligaba a mantener relaciones sexuales con él. En otros casos, la amenaza era más explícita. El tipo se hacía pasar por abogado y decía que tenía muchos contactos en las altas esferas y con esta mentira amenazaba a las mujeres que eran madres diciéndoles que avisaría a los servicios sociales para que les retirasen la custodia de sus hijos. En algunas ocasiones las amenazas sí eran tan explícitas como “te voy a enterrar viva”, que es una de las frases que repetían. José Manuel, además, les decía a las mujeres que había sido sicario en Colombia para infundirles más miedo.
Finalmente, esta pareja fue detenida e ingresó en prisión, supongo, que por la gravedad de las cosas que contaron las chicas que habían trabajado para ellos.
Así fue. Los agentes encontraron a siete mujeres que habían sido víctimas de la pareja. Con algunas siguió el mismo patrón que con la primera denunciante: promesas de convertirlas en actrices, paso por el cine porno y finalmente prostitución. Unas cuantas de ellas contaron episodios de agresiones sexuales en los que participaron él y ella. Otra contó que le obligaron a atender a un cliente con gustos sadomasoquistas sin que ella lo supiese previamente. La cosa debió ser tan violenta que el propio cliente pidió perdón a la chica cuando acabó el servicio y se dio cuenta de que la chica no esperaba lo que se encontró.
Todo eso explica que esta pareja haya sido acusada de agresión sexual…
Hay un verdadero catálogo de los horrores descritos por estas chicas: una de las mujeres prostituidas por la pareja arrastraba un terrible trauma porque en su infancia había sido víctima de abusos sexuales por parte de su padre. La solución que se le ocurrió a José Manuel fua atarla y mantener relaciones así con ella. Las chicas han contado que el proxeneta elegía con qué chicas se acostaba, porque no todas eran de su gusto. Eso sí, con todas mantenía relaciones sin preservativo porque decía que era alérgico al látex. Cuando las chicas menstruaban les daba un solo día de permiso y si tenían una infección, les ponían una esponja y las obligaban a seguir trabajando, con el riesgo sanitario que conllevaba.
Es terrible pensar en la capacidad de manipulación y control que tenía este tipo…¿Es lo habitual?
Él mismo, al ser detenido y acusado formalmente de agresión sexual continuada y prostitución coactiva, dijo a la Policía que él no pegaba a ninguna chica. Pero es que realmente no le hacía falta. Una de las mujeres que trabajaban para él logró salir de ese mundo y comenzó a trabajar en un supermercado. José Manuel localizó a su familia y los llamó para decirles que la chica se dedicaba a la prostitución. El control que mantenía sobre ellas llegaba a tal extremo que el único día libre de la semana que tenían, el domingo, les obligaba a que le mandasen permanentemente sus ubicaciones con sus teléfonos.
¿Se sabe a cuántas mujeres esclavizó esta pareja?
No se sabe con exactitud, pero según los apuntes que recogió la Policía en el registro del club calculan que manejaron a unas ciento veinte mujeres en los últimos años. De cara a la policía, estaban aleccionadas para ello, las chicas tenían que decir que José Manuel lo único que hacía era alquilarles habitaciones para que ellas se prostituyesen por su cuenta, pero eso, lógicamente, era mentira. Él manejaba todos los clientes y a todas las mujeres, a las que, por cierto, no solo esclavizaba sino a las que también ha dejado con enormes deudas.
¿Deudas? ¿Con quién?
Este tipo obligaba a todas las mujeres que trabajaban para él –ya fuese como webccammer, como actriz o como prostituta– a darse de alta como autónomas y les pedía el dinero correspondiente a la cuota mensual asegurándoles que él lo ingresaría en la Tesorería de la Seguridad Social, pero realmente se quedaba ese dinero, de tal forma que alguna de esas mujeres ha acumulado deudas que superan los cinco mil euros. Además, el hombre les daba nóminas falsas cuando tenían que hacer algún trámite y por eso también está imputado por falsedad documental.