Territorio Negro: El Chicle, asesino de Diana Quer, se enfrenta a un nuevo juicio
En Territorio Negro conocemos a uno de los violadores y asesinos más conocidos, José Enrique Abuín, alias El Chicle.
Es uno de los violadores y asesinos más conocidos. José Enrique Abuín, alias El Chicle o como le decían en su pueblo O Chiclé, cumple prisión permanente revisable por el secuestro, violación y asesinato de Diana Quer, la joven madrileña de 18 años cuyo cuerpo arrojó a un pozo en una nave abandonada de Asados, en la provincia de A Coruña. El Chicle fue detenido la Nochevieja de 2017 por aquel crimen. Empezamos este territorio negro de hoy, con Manu Marlasca y Luis Rendueles, escuchando cómo el propio criminal contaba aquel ataque ante las preguntas de fiscales y abogados.
El Chicle contaba que no había querido matar a Diana Quer, que tampoco había querido violarla, que la confundió con una gitana. Su versión era que había salido aquella noche del 22 de agosto de 2016 a robar gasoil de las caravanas de los feriantes, muchos de ellos gitanos, que habían acudido a ganarse la vida con las atracciones de las fiestas y verbenas de A Pobra do Caramiñal, que se celebraban aquellos días. Diana Quer había ido a la fiesta y regresaba a la casa de verano de sus padres cuando este hombre la atacó y luego la asesinó. El jurado no se creyó la historia del accidente y el miedo a los gitanos y el tribunal lo condenó a prisión permanente revisable.
Aquello ocurrió en el año 2016, pero El Chicle no fue detenido hasta la nochevieja de 2017. Antes, poco antes, trató de secuestrar a otra chica en Boiro.
La noche de Navidad, Abuín volvió a atacar a una chica. Otra vez insistió en que solo quería robar gasoil y que esta vez necesitaba dinero y que asaltó a la joven para quitarle dinero y el teléfono móvil, que ella se asustó y que entonces forcejearon y casi la mete en el maletero del coche. Incluso dijo que la dejó marchar. Lo cierto es que, en plena lucha por su vida, esa joven, Tania, apretó el botón de grabar de su teléfono móvil y registró como este tipo la ordenaba que se metiera en el maletero de su coche.
Esta chica salva su vida de milagro, por su enorme valentía y porque por allí pasan dos personas que ven lo que está ocurriendo…
El Chicle finge entonces que todo ha sido una broma y la deja irse. Obviamente no creyeron su versión y fue condenado a cinco años de prisión por ese intento de secuestro. Aquello ocurrió en Navidad y unos días después ya fue detenido por el crimen de Diana Quer. Y en Nochevieja fue cuando nuestro agente canino K-9 Elton, descanse en paz, encontró el cuerpo de Diana en el pozo.
La Audiencia de A Coruña empieza mañana a juzgar a El Chicle por una violación que habría cometido en 2005, hace 17 años. Le piden esta vez 15 años de cárcel. Y no es un caso cualquiera ni un caso más. La víctima, la joven que denunció, tenía 17 años, y era entonces la cuñada del Chicle, la hermana de su entonces mujer, hermana gemela además, ambas Vanesa y Rosario se parecen mucho físicamente.
Va a ser complicado no indignarse hoy explicando qué le ocurrió a esta chica, 17 años, con su cuñado y qué le ocurrió también cuando denunció que la había violado… hace 17 años.
Vanesa iba al instituto aquella mañana, el 17 de enero de 2005. La fiscalía, que pide 15 años de cárcel para El Chicle, relata que ella estaba esperando el autobús poco antes de las ocho cuando él la llamó y le dijo que le esperara, que tenía que darle un dinero para su padre, los dos irían al cajero, sacaría el dinero y luego la llevaría a clase. Ella aceptó y se subió al coche de El Chicle, que la llevó a una zona aislada en el concello de Lousame. Cuando llegaron, su cuñado, igual que haría años después con Diana Quer, le quitó el teléfono móvil y la amenazó con un cuchillo. La obligó a quitarse la ropa, le hizo ponerse un camisón que llevaba en el coche y que los investigadores piensan que podía ser de su esposa, y la violó.
Y luego, después de esa agresión tan salvaje a su propia cuñada, la lleva esta vez sí al instituto y la deja allí, bajo amenazas, claro.
Le dice que si cuenta algo de lo que ha pasado, no la creerán, pero que pese a todo, el irá a por su hermana, a por sus padres y a por ella, y los matará, incluso habla de matar a su propia hija, el bebé de entonces 14 meses que tenía El Chicle con Rosario, la hermana de Vanesa.
El Chicle, además, le da una explicación a su cuñada de por qué la ha violado, esto es algo que hemos visto en algunos agresores sexuales, los más retorcidos, quizás. Le dice que la ha violado “por chivata”, porque unos meses antes, en el verano de 2004, ella había contado a su hermana, a la esposa de El Chicle, que una tarde después de estar la familia en la playa, su cuñado la había manoseado, le había tocado los pechos por encima de la ropa…
El Chicle era su cuñado, el marido de su hermana, el padre de su sobrina, entonces un bebé de 14 meses… Pese a todo, esta chica, 17 años, lo denunció.
Vanesa fue muy valiente, porque El Chicle era ya un tipo duro, luego veríamos que fue capaz de delatar a un grupo de traficantes de droga con los que trabajaba, por ejemplo. Era además el tipo que sostenía económicamente a toda la familia. Pese a eso y a las amenazas, la chica se lo contó primero a su hermano, luego a su hermana y denunció el asunto ante la justicia. El Chicle fue detenido entonces y ingresó en la cárcel a la espera de ser juzgado por esa violación.
Hablamos de 2005, no hay una inspección ocular en condiciones del coche del Chicle, entonces un Fiat Bravo, no hay ADN, tampoco hay cámaras de seguridad que graben los hechos. El Chicle dice que él no ha violado a su cuñada, que se lo está inventando. Lo que cuenta es que esa mañana, además, a esas horas tan tempranas, estuvo en una sucursal de un banco en Asados, arreglando unos papeles para un préstamo.
Todo queda entonces en lo que los americanos dicen she said, he said. La palabra de la víctima contra la del supuesto agresor. Dos versiones contrarias. Y es entonces cuando el juzgado de Noia que investiga el caso decide que dos peritos, dos psicólogos de la Universidad de Santiago de Compostela, se entrevisten con los dos, con Vanesa y su cuñado, para tratar de averiguar la verdad.
Y esos dos psicólogos, dos hombres, se entrevistan con la víctima, con Vanesa.
La chica insiste en que su cuñado la ha violado. Explica, como hizo en la denuncia, qué clase de prácticas sexuales la obligó a hacer en el coche, no vamos a entrar en detalles, incluso contó que notaba el frío del cuchillo rozándole la piel y cómo a veces El Chicle apretaba el cuchillo, el filo, sobre su cuerpo. Los psicólogos, dos hombres imparciales y de prestigio, uno de ellos es catedrático hoy, el otro especialista en violencia de género, no acaban de creerse el relato de la chica, quizás porque era menor, porque seguía teniendo relación con su hermana, no rompió con ella, no sabemos, la verdad, lo cierto es que ese peritaje concluye que no ven en la chica la huella, así lo dicen, propia de una víctima de violación, no advierten que sufra daño psíquico.
Y aquella primavera, mayo de 2005, acuden a la prisión a entrevistarse con José Enrique Abuín, alias El Chicle, dos veces.
El informe que realizan sobre El Chicle es completamente distinto, al menos en las conclusiones.
Relatan que les recibe en prisión con una actitud afable y comunicativa. Explican que tiene un cociente intelectual de 97, es decir, una inteligencia media, y apuntan varios datos, que El Chicle puede estar sufriendo una paranoia en la prisión, es decir, se siente perseguido por algo que, según él, no ha hecho, que presenta algunos signos que podrían corresponder a estrés postraumático y que en eso sí son todo lo contundentes que puede ser un peritaje psicológico, presenta una huella psíquica propia de una víctima.
Es decir, en un resumen de trazo grueso, los psicólogos se creen la versión de El Chicle, más que la de su cuñada, la víctima
Recordemos que no había pruebas físicas de la violación, esta prueba psicológica tampoco avala el delito, estaba la coartada del banco… El caso es que poco después, el juzgado archiva ese caso, la denuncia de Vanesa. El Chicle queda en libertad, sale de la cárcel después de 3 meses y 27 días dentro. Y vuelve a vivir con su esposa Rosario, con su hija, todavía muy pequeña entonces. Todos lo aceptan de vuelta, unos de mejor grado que otros. No nos atrevemos a juzgar, jefa, quizá por pánico. Lo cierto es que El Chicle vuelve a la calle, luego se convertirá en traficante, en confidente, y en asesino.
Pero mañana empieza el juicio contra él por aquella violación de la que no se creyó a la víctima ¿Cómo ha sido posible? Pues, básicamente, porque violó y mató a Diana Quer 11 años después de aquello. Primero, también, porque su cuñada, Vanesa, al contrario de lo que se dijo, no retiró nunca la denuncia, que fue una especie de leyenda o bulo que se hizo correr por el pueblo. Ella siempre mantuvo su versión, su cuñado la había violado. Cuando los investigadores de la UCO llegan a tratar de resolver el caso de Diana Quer, se encuentran con esa persona de interés y con ese suceso aparentemente cerrado. Ven que el modus operandi es el mismo, chica joven, muy joven, le quitan el teléfono móvil, un cuchillo, secuestro en el coche, lugar apartado…
Los investigadores de la Guardia Civil creen que un ataque de ese tipo quizá no sea el único, han visto a la otra chica de Boiro, revisan asuntos de violaciones en la provincia…
Repasan también el caso antiguo, el de Vanesa, hablan con ella, que colabora en todo momento. Recuperan la historia del banco y el préstamo y descubren que el director de la sucursal era del mismo pueblo que la mujer de El Chicle y que incluso le había enseñado las cámaras de seguridad. En ellas no se ve a Abuin, no estuvo allí la mañana de la violación de su cuñada.
Finalmente reabren el caso y logran evitar que prescriba, quedaban solo dos años para que el asunto digamos muriera sin ser juzgado. Y eso es lo que verá esta semana la Audiencia de A Coruña. Los otros dos delitos, aquellos abusos sexuales la tarde de playa de 2004 y las amenazas que hizo a su cuñada después de violarla sí prescribieron y no podrán ya nunca ser juzgados.