El enigma del crimen de Yana Rose: murió en Cádiz, enterrada en Valencia
Manu Marlasca y Luis Rendueles relatan un inquietante crimen que la Policía Nacional, tras dos años de investigaciones, aún no ha conseguido resolver.
A lo largo de todos los Territorios Negros que Manu Marlasca y Luis Rendueles han presentado en 'Julia en la Onda', hemos aprendido que el único crimen perfecto es el que queda impune, el que no se resuelve. En en ocasiones la ciencia y la investigación policial no consiguen llegar lo suficientemente cómo para resolver los casos más complejos y crípticos: el asesinato de Yana Rose, una mujer norteamericana, es un gran ejemplo de crimen "casi perfecto" que las autoridades aún no han conseguido resolver del todo.
La desaparición de Yana
Michael Martin Hoseyni y su mujer Yana Rose, ambos norteamericanos, dirigían un próspero negocio de talleres de coches en Denver, Colorado: en el año 2021, el matrimonio decidió realizar un tour de ensueño por Europa, recorriendo países como Croacia, Italia y Francia antes de llegar a España. Sin embargo, la llegada a nuestro país marcó el final del idílico viaje, pues la urbanización de Sotogrande, en Cádiz, se convirtió en escenario de un terrible asesinato después de que el matrimonio se instalase allí.
Yana Rose, estadounidense de origen ruso y de 40 años, desapareció sin dejar rastro poco después de la llegada a Cádiz, justo después del día de Navidad: la mujer no acudió al encuentro que había concertado con unas amigas en Valencia, y dejo de llamar por teléfono a su madre, tal y como hacía diariamente.
Estos hechos dispararon las alarmas, y una de las amigas de Yana residentes en Valencia, denunció la desaparición de la mujer a la Policía Nacional. Desde Estados Unidos, la madre de Yana llamó a su yerno, marido de la desaparecida, y le preguntó si había ocurrido algo, puesto que no había tenido noticias de su hija ni en Navidad ni tampoco al día siguiente. El marido, Michael, contó a su suegra que habían discutido, que Yana se había enfadado mucho y que se había ido del apartamento de Cádiz. A través de Whatsapp, Michael le asegura no saber nada de ella, y que va a regresar a Estados Unidos tomando un vuelvo desde Milán, en Italia.
Una grabación clave en la investigación
La Policía española se puso a investigar la desaparición de Yana cuando Michael ya había regresado a su país natal: las autoridades solo contaban con una pista sobre el posible paradero de Yana, que no tenía familia en España ni tampoco ningún dinero. Los investigadores del grupo de Desaparecidos se desplazaron hasta los apartamentos de Sotogrande, y encontraron una prueba valiosísima que parecía resolver el caso: una grabación de seguridad cercana al perímetro del complejo urbanístico.
Era una grabación nocturna del 26 de diciembre de 2021, en la que se veía el coche de alquiler de la pareja, con el maletero abierto. La cinta contenía también imágenes del marido arrastrando el cuerpo de su mujer y metiéndolo en el maletero del coche: todo indicaba que la mujer está muerta. El matrimonio tenía reservado el apartamento un día más, pero el hombre salió de allí aquella noche, con el cadáver de Yana en el maletero.
Tras observar estas reveladoras imágenes, la policía se dispuso a buscar el cadáver de la mujer, recurriendo al coche BMW de alquiler que había conducido el matrimonio durante su estancia en España. Este vehículo contaba con un sistema de geolocalización que permitió a los investigadores reconstruir los pasos de Yana durante las vacaciones de Navidad en las que desapareció.
El marido sospechoso del asesinato hizo más de mil kilómetros por carretera, desde Cádiz hasta la provincia de Tarragona. Por motivos que se desconocen, al llegar cerca de Tarragona, Michael Hoseyni dio la vuelta y volvió atrás, hacia la Comunidad Valenciana. Llegó después a la localidad de Alzira, y pasó la noche del 26 al 27 de diciembre en un hotel, tal y como han explicado Manu Marlasca y Luis Rendueles.
El geolocalizador del coche de alquiler indicó que este hombre, que había cruzado media España con el cadáver de su mujer en el maletero, acudió hasta en cuatro ocasiones - por motivos que no conoce la policía- hasta un paraje en las afueras de Alzira, una zona de monte detrás del hospital del municipio. Todo indicaba que Michael escogió el lugar al azar, quizás buscando por Google.
¿Cómo murió Yana Rose?
Una segunda grabación de seguridad en la que aparecía Michale Hoseyni, obtenida de una tienda de bricolaje de la ciudad, llevó a las autoridades hasta el municipio de Alzira: las imágenes mostraban al marido de la desaparecida comprando unos guantes, un cúter, dos palas de cavar y un hacha. Después de rastrear los alrededores de la ciudad, la policía halló por fin el cadáver de Yana Rose: fue el 19 de enero de 2022, un mes y un día después de su muerte y de que su marido se deshiciera del cuerpo, enterrándolo a la puerta de un palacete abandonado en el camino de Torretxó.
La policía analizó el coche de alquiler que el hombre había dejado en Milán y encontró ADN, además de restos de arena iguales a los del terreno de Alzira donde se enterró el cadáver de su mujer. Se pidió entonces ayuda al FBI estadounidense, que aportó un dato inquietante: el hombre había sido denunciado por maltratar a su esposa al menos en una ocasión anterior. Un primer informe forense, preliminar, apuntó que la mujer tiene un fuerte golpe en la cabeza y que esa pudo ser la causa de su muerte.
Entonces, el caso comenzó a presentar algunos giros sorprendentes, como han indicado Marlasca y Rendueles: el supuesto asesino volvió a España y se entregó en el aeropuerto de Madrid, sabiendo de qué se le acusaba. En Colorado, el delito de asesinato ya no estaba penado con pena de muerte, si bien Michael Hoseyni podía afrontar un castigo de cadena perpetua en su estado si era condenado por matar a su esposa. Sin embargo, los periodistas afirman que nunca se supo si el presunto asesino viajó para afrontar una condena más leve en nuestro país.
Un caso en suspenso
Con todo, Michael fue detenido en el aeropuerto y llevado ante la juez de Algeciras encargada del caso, que ordenó su ingreso en prisión el 27 de enero de 2022. Mientras tanto, la policía continuó investigando la muerte de Yana, a pesar de que la autopsia del cuerpo arrojó poca luz sobre el caso: la mujer tenía, en efecto, un golpe fuerte en la cabeza, pero los forenses certificaron luego que ese golpe fue un golpe post mortem.
Los policías reconstruyeron la escena captada por las cámaras en los apartamentos de Cádiz: Un agente cogió de los tobillos a una compañera policía en el apartamento donde ocurrieron los hechos: él hacía de marido asesino, ella de víctima. La sacó por las escaleras y la metió en el maletero de un coche. Lo más lógico, concluyeron, era que el golpe de la cabeza se produjera cuando bajaba las escaleras con el cuerpo ya sin vida de su mujer.
A día de hoy, los forenses no han podido establecer lo que ocurrió: Yana Rose no murió apuñalada, y no había heridas de ningún arma en su cuerpo. Tampoco se apreciaron signos de estrangulamiento durante la autopsia. Se hicieron análisis toxicológicos en busca de restos de venenos en su cuerpo, que también dieron resultados negativos.
Los peritos sí que encontraron en la piel de la mujer varios hematomas que podrían ser “compatibles" con heridas causadas por otra persona. Sin embargo, los análisis tampoco lo pudieron certificar. Se investigó incluso si la mujer pudo morir durante una práctica sexual de riesgo, aunque esta línea de investigación tampoco dio resultados.
A pesar de que la muerte de Yana sigue siendo un enigma, apuntan los periodistas en 'Julia en la Onda', la jueza acaba de decidir que este hombre siga en la cárcel española, donde ya lleva dos años, el límite normal para esperar un juicio. El pasado 25 de enero la jueza encargada del juzgado de Violencia sobre la Mujer Nº1 de Algeciras dictó un auto en el que deniega la puesta en libertad de este hombre, que había cumplido el límite habitual de dos años en prisión preventiv establecido por la ley española.
La magistrada entiende que, pese al enigma de cómo murió Yana Rose, el responsable de esa muerte es su marido, y que debe seguir en prisión un máximo de dos años más, con la esperanza de que antes se celebre el juicio contra él. Quizás entonces pueda saberse la verdad de lo que ocurrió aquella noche de Navidad en aquel apartamento de Cádiz