Lección de anatomía: ¿por qué es tan complicado tocar el suelo con las palmas de la mano?
El profesor Juan Luis Arsuaga nos desvela los secretos de los isquios, un conjunto de tres tejidos esqueléticos que trabajan juntos para mover la articulación de la rodilla.
En más de una ocasión hemos escuchado que la flexibilidad se puede ejercitar. Esta capacidad de doblarse con facilidad puede resultar complicado incluso en atletas profesionales. Un ejemplo de ello es la práctica de tocar el suelo con las palmas de las manos. Es especialmente difícil en el caso de los hombres, ya que se produce un acortamiento de los isquios.
Los músculos isquiotibiales, conocidos coloquialmente como isquios, son son un conjunto de tres tejidos esqueléticos. Estos se localizan en la parte posterior de la pierna forman un papel clave a la hora de articular la rodilla. Entre sus funciones también destaca la importancia que tiene en el desplazamiento del muslo sobre la cadera.
Cuando uno flexiona el tronco sobre las piernas, estira estos músculos generando un movimiento que no se da en caso de que estén acortados. Para poder mejorar la movilidad, es necesario practicar extensiones para aumentar la flexibilidad. No es una observación científica, por lo que no es completamente cierto que se pueda relacionar con el género, sino que tiene más que ver con el tipo de ejercicio y juego que haya realizado la persona. "A día de hoy, es un hecho de observación común, a partir de cierta edad a los hombres les cuestan más", apunta Arsuaga.
Los isquiotibiales son un punto muy sensible en diferentes deportes, ya que resultan ser los responsables de padecimientos tan comunes como las roturas de fibras. Su origen se encuentra en el conocido como hueso de sentarse, que podemos tocar con la mano cuando nos sentamos sobre ella.
Es importante conocer que entre el ombligo y el pubis, en el interior del tronco, está el centro de gravedad. Cuando se sale de la peana nos caemos, aunque, cada vez que andamos en la mayor parte de la locomoción hay un pie en el aire. ¿Por qué no nos caemos constantemente? El paleoantropólogo propone un experimento: hay que poner un lado del cuerpo pegado a la pared, colocando los hombros en posición firme. Entonces, habrá que levantar la pierna del lado contrario. Así se podrá comprobar que siempre nos caemos hacia el lado no soportado del cuerpo. Esto es porque se produce una rotación lateral del tronco y nos caemos.
Eulalia Rosa por su parte, nos trae el reto de la silla o "chair challenge". Para poder llevar a cabo este experimento viral, la persona deberá separarse dos pasos de la pared. Desde ahí, la espalda hasta formar un ángulo de 90 grados. Es entonces cuando se levanta la silla hacia el pecho y se intenta levantar. Son muchos los que aseguran que es imposible de realizar.