Javier Díaz Giménez: "Los agricultores en la Unión Europea son unos privilegiados"
Los economistas Javier Díaz Giménez y Gonzalo Bernardos comentan las causas económicas que pueden explicar las movilizaciones de los agricultores en Europa, y también debaten sobre el impuesto extraordinario a los bancos.
Sin duda alguna, la noticia económica y política del día tiene que ver con las movilizaciones de agricultores, que se han extendido hasta nuestro país. Cientos de tractores están bloqueando algunas carreteras de nuestro país, en señal de protesta por las políticas europeas que, según los propios agricultores, les están generando enormes problemas económicos. En 'Julia en la Onda', los economistas Javier Díaz Giménez y Gonzalo Bernardos se han referido a este tema, presentando dos posturas totalmente opuestas.
"Me gusta que esté implicada toda España, no solo una parte"
"Ya era hora", ha afirmado Gonzalo Bernardos, que ha mostrado su apoyo a estas reivindicaciones siempre que no incluyan acciones violentas: "A los agricultores y ganaderos les han dado por todos lados", ha expresado el economista, que ha criticado las políticas de libre mercado impulsadas desde la Comisión Europea: Bernardos afirma que estas regulaciones permiten que productos alimentarios de países latinoamericanos puedan venderse en los mercados europeos sin tener que cumplir las condiciones que cumplen las frutas y hortalizas europeas.
El economista afirma además que Turquía y Marruecos presionan con su control sobre la inmigración para conseguir también sortear estas limitaciones y obtener ventajas competitivas con respecto a los agricultores de nuestro continente. "Incluso la Comisión Europea ayuda a Marruecos a ser más productivo en la producción de alimentos", ha aseverado el economista en su intervención en el programa.
Bernardos propone impulsar una ley que establezca que los agricultores y ganaderos reciban como pago, por lo menos, un 30% del precio de venta al público. El economista afirma que una economía equilibrada necesita una agricultura y ganadería fuertes para alcanzar la soberanía alimentaria, y defiende el proteccionismo para garantizar que la gente que quiere vivir en los pueblos pueda permanecer allí.
El profesor de economía ha puesto como ejemplo Estados Unidos, un país de tradición liberal que, sin embargo, siempre ha establecido unas férreas barreras proteccionistas para proteger sectores no demasiado competitivos, como la siderurgia, el textil o la producción de azúcar.
Por otro lado, Bernardos ha mostrado su preocupación porque las reivindicaciones de estos agricultores, a su juicio justificadas, sean aprovechadas por la extrema derecha para promulgar su discurso. Al referirse a las protestas que se están llevando a cabo en estos momentos, Bernardos opina: "Me gusta que está implicada toda España, no solo una parte".
Escepticismo con respecto a las protestas
Javier Díaz Giménez defiende una postura totalmente diferente: "Los agricultores en la Unión Europea son unos privilegiados", ha aseverado el economista, que ha recordado que el sector agrario ha recibido durante años subvenciones hasta del 50% del presupuesto europeo, y que esta cifra se eleva actualmente hasta el 30%. El economista afirma también que muchas empresas españolas y francesas producen en Marruecos, y que, por ello, se benefician de estos tratados de libre comercio.
"El libre comercio lo que hace es ayudar a terceros países que en general son muy pobres", defiende Díaz Giménez, que afirma también que "si bloqueamos sus exportaciones, el comercio se vuelve muy injusto". El profesor de economía entiende que los países con economías más débiles - como Marruecos o Turquía- deberían poder comercializar libremente sus productos, y que los agricultores europeos tendrían que innovar y especializarse en comercializar productos premium de mayor precio.
Al referirse al problema de la cadena alimentaria, el profesor de economía afirma que tampoco resulta fácil ser distribuidor o transportista, y anima a los agricultores a implicarse en esos negocios si tan sencillos y rentables les parecen. "Nos olvidamos de las mermas, de los calibres, del transporte... Nada de eso lo pagan los agricultores", ha declarado Díaz Giménez, que opina que los trabajadores del campo "tienen un lobby tan poderoso como el que más".
"3 de cada 10 euros en Europa van a la agricultura, a apoyar a una agricultura que no es competitiva en los mercados globales", ha comentado el economista, que opina que en la propuesta de Bernardos "no hay una lógica económica, hay una lógica política, emocional". "¿Por qué tenemos que pagar a alguien para vivir en el campo si no quiere vivir en el campo?", ha concluido el profesor.
El debate sobre los beneficios de los bancos
En el programa, también ha habido tiempo para comentar los últimos resultados de beneficios de los principales bancos de nuestros: estas entidades han obtenido unos beneficios de 26.000 millones de euros, un 26% más que en el año pasado. El impuesto extraordinario sobre la banca actualmente en vigor conlleva pagar una tasa de 1.410 millones sobre estos beneficios históricos. Teniendo en cuentas las astronómicas cifras, ¿tienen los bancos derechos a quejarse?
"A mí me parece peligroso este tipo de impuestos discriminatorios generan un precedente", opina Díaz Giménez, que afirma que, sí se exige un pago a los bancos cuando estos ganan más dinero, estos luego podrían exigir un rescate cuando la situación empeore. El economista se muestra tajante a este respecto: "Cuando la banca le va mal hay que dejarla caer, y cuando le va bien hay que dejarla tranquila con sus beneficios".
Gonzalo Bernardos ha ironizado sobre la situación, haciendo referencia a los "beneficios caídos del cielo" que han posibilitado el alcance de estas cifras: "Cuando a uno le toca la lotería, paga el impuesto de la lotería. A los bancos en 2023 les ha tocado la lotería, que es el premio gordo y la pedrea. ¡No se quejen!", ha bromeado el economista, que explica que los bancos no han contribuido especialmente a la economía y que no han llevado a cabo acciones para obtener más dinero.
El economista afirma que estos beneficios se han alcanzado al cobrar más por los préstamos, pagar menos por los intereses de los depósitos y reducir costes despidiendo a trabajadores. "¿Por qué la banca llora? No tiene ningún motivo para llorar?", ha afirmado el economista, que ha concluido: "Lo único que han hecho es poner la mano porque les ha caído maná del cielo".