La radiografía de la pobreza en la Cañada Real: dos años después continúa sin luz
Hablamos con Arturo Martín, periodista especializado en la Cañada Real que presenta 'Vivir al margen', un libro en el que desentraña y desmitifica la realidad de las personas que habitan allí. Además, conocemos de primera mano cómo es la vida en esta zona de Madrid con el relato de Khadija Ajahiou
El pasado 3 de octubre de 2020 se cortaba definitivamente el suministro de luz a los sectores 5 y 6 de la Cañada Real Galiana, al sur de la Comunidad de Madrid. Se estima que en ella residen hasta 4.000 personas, de las cuales la mitad son menores de edad. En total 2.000 niños que llevan desde entonces pasando los inviernos, con Filomena incluida, sin electricidad.
A pesar de las denuncias de la ONU y de la orden del Defensor del Pueblo y del Alto Comisionado contra la Pobreza Infantil de recuperar el suministro, la situación no se ha revertido. En 'Julia en la Onda', hablamos con Arturo Martín, periodista que lleva meses conviviendo con estas personas e investigando sobre cómo es la vida allí. Arturo Martín junto a Javier Jennings han recogido sus vivencias personales y se han hecho eco de las de miles de personas que viven en la zona y lo han plasmado en 'Vivir al margen', un libro que desmonta todos los mitos que existen sobre la gente que habita allí y sobre su día a día tras un año y medio sin luz.
La realidad de la situación que se vive en la Cañada
Sobre cómo fue su llegada a la zona, Arturo Martín cuenta que se encontraron con "una realidad bastante distinta a la que pensábamos y que en un principio estaba cargada de prejuicios". Según reconocen, fue el momento de conocer en profundidad a esas personas cuando comprobaron que "en Cañada hay gente humilde y trabajadora que nada tiene que ver con la imagen de drogadicción y alcoholismo que todos tenemos".
Actualmente, la Cañada Real Galiana está compuesta por asentamientos ilegales que se extienden a lo largo de 15 kilómetros cercanos a la zona de Rivas Vaciamadrid y Coslada en los que habitan miles de personas durante todo el año. Los lugares en los que habitan varían según dónde se ubican, al igual que la delincuencia -que solo supone un 1% de la población total que habita allí-, y podemos encontrar desde chabolas, fábricas, vertederos y talleres hasta naves industriales, bloques de pisos o chalets. En todos ellos coincide la ausencia de colegios, servicio médico, red de alcantarillado, farolas o transporte público.
Hablamos también con Khadija Ajahiou, una joven de 18 años que habita en la Cañada Real a la vez que estudia Enfermería en la Universidad Pontificia de Comillas en Madrid. Al preguntarle sobre el barrio en el que se ha criado reconoce que "es muy humilde" pero incide en la idea de que "hay muchas personas que luchan todos los días para salir adelante con muchos más obstáculos que el resto de la sociedad, estamos aislados".
Ajahiou, con una entereza y madurez típicas únicamente de una persona que sabe bien de lo que habla por haberlo padecido en primera persona, nos relata cómo es el día a día de una familia con cuatro hijos, tres de ellos aún en edad escolar, para sobrevivir en condiciones de frío "insostenibles" para cualquier persona y estudiar al mismo tiempo: "nos han obligado a madurar antes de lo que nos toca".
El "error" del informe de Cáritas sobre la pobreza según la CAM
Según publicaba Cáritas ayer en un informe que la Comunidad de Madrid ha calificado de "error", se estima que solo en la comunidad, hasta 1,5 millones de personas -un 22% del total- se encuentran en una situación de exclusión social, un 5% que en 2018. También aumentan los casos de "situaciones de exclusión severa", hasta un 25% más que hace cuatro años, alcanzando la cifra de las 800.000 personas.
Esta "desigualdad entre los más pobres" que se evidencia con una reducción de sus rentas de hasta un 22%, ha sido negada por la dirección de la Comunidad de Madrid, concretamente por el consejero de Educación, Ciencia y Universidades y portavoz del Gobierno regional, Enrique Ossorio, que en rueda de prensa se preguntó "dónde estaban esos tres millones de pobres". Asimismo, Osorio aseguró que este tipo de informes deben leerse "con mucha atención", ya que "después de leerlo sales a la calle y dices: ¡Oye pues esto que dice el informe así como que yo no lo veo".