¿Qué opinan los productores y los distribuidores de la nueva Ley de la Cadena Alimentaria?
Hablamos con el secretario general de la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG), Miguel Padilla, y con el director general de la Asociación Española de Distribuidores, Autoservicios y Supermercados (ASEDAS), Ignacio García Magarzo
Acabaremos el año con una inflación disparada y con datos que no se veían desde hace tres décadas. Por ello, hemos querido hacer una radiografía de la situación con dos personas que se sitúan en los extremos de la cadena alimentaria, que son por un lado los productores de las materias primas y, por otro lado, los que venden el producto final en los supermercados.
El secretario general de la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG), Miguel Padilla, ha asegurado que estamos en una coyuntura muy difícil: "Hay una subida de precios que hemos ponderado en un 30% de media por explotación, aunque hay productos insumos que han subido mucho más. Esto está haciendo que la viabilidad de las explotaciones sean cada vez más complicadas".
Ya en enero y febrero de 2020 hubieron manifestaciones por parte de los productores y agricultores. Sin embargo, la Covid-19 interrumpió la concentraciones que tenían como eslogan "precio justo, precio digno". 2021 entró en una fase donde los precios no han cambiado mucho. Actualmente, se están agendando nuevas movilizaciones: "Hay una planificación para lo que queda de diciembre y se continuará en enero a nivel nacional", ha afirmado Padilla.
El Congreso de los Diputados ha dado el visto bueno definitivo a la nueva Ley de Cadena Alimentaria. La norma, que reforma la ley de cadena de 2013, incorpora como principal novedad la prohibición de la venta a pérdidas. Según el secretario general de COAG: "La venta a pérdidas era uno de los puntos que reivindicábamos porque es destruir la cadena de valor y no solo es perjudicial a efectos de la producción, sino que es síntoma de que algo no funciona bien", ha añadido.
Por su parte, el director general de la Asociación Española de Distribuidores, Autoservicios y Supermercados (ASEDAS), Ignacio García Magarzo, se ha mostrado de acuerdo con esta enmienda: "La venta a pérdidas del producto final al consumidor, en algunos casos puede parecer que les beneficia, pero es verdad que desde hace años, colaborando con los productores, hemos asumido que sirve como excusa para que les bajen los precios en origen y la mayor parte de las empresas de distribución no tienen interés en causar ese prejuicio. Ahora hay una regulación más clara".
Finalmente, Magarzo, ha sostenido que para evitar que el umbral de los costes de producción perjudique a los agricultores hasta el punto de poner en riesgo su sostenibilidad como ellos denuncian, hay que crear contratos estables.
Un mensaje de tranquilidad
"Comprendo que a los medios les resulte muy relevante destacar las subidas de los precios, pero el IPC en alimentación ha estado plano o próximo a cero durante muchísimos meses, casi años, lo que demuestra una enorme estabilidad de los precios en nuestro país al consumidor, incluyendo el periodo de pandemia. En los últimos tres meses está mostrando unas ligeras subidas y digo ligeras porque está muy por debajo del IPC general, muy por debajo de los precios que están subiendo en otros sectores", ha reivindicado el director general de ASEDAS.
"El funcionamiento de la cadena, su solidez y la competencia que hay en distribución, hace que los distribuidores traten de subir los precios lo menos posible. Los precios no van a ser un problema, igual que no va a haber un desabastecimiento de alimentación en un país como el nuestro. A partir de ahí, esperamos que estas tendencias de incrementos de materias primas o energías se estabilicen o bajen lo antes posible porque nadie gana nada con estos incrementos. Lo fundamental es que el consumidor consuma tranquilo y con confianza", ha concluido Magarzo.