Pilar Eyre: "las mujeres de ahora deben saber lo luchadoras que tuvimos que ser en aquellos años"
Hablamos con la periodista y escritora, que en unos días publicará 'Cuándo éramos ayer', una novela en la que recorrerá la segunda mitad del siglo XX con el objetivo de representar a toda una generación, que también es la suya.
Pilar Eyre es una de las periodistas y escritoras más importantes de nuestro país, también una de las más mediáticas. Durante su carrera, ha publicado decenas de columnas, entrevistas y artículos en una gran variedad de medios, y ha colaborado también en varias emisoras y canales de televisión. Desde hace años, es la periodista titular en los asuntos de la Casa Real y la vida de sus miembros ha sido siempre su tema más recurrente a la hora de publicar un libro.
En 'Julia en la Onda' hablamos con ella sobre la publicación de 'Cuando éramos ayer', una novela en la que nos hace un recorrido por la España de 1968 a 1992, y en la que mezcla realidad con ficción.
Un repaso por la segunda mitad del siglo XX
La escritora confiesa que "el propósito era el de hacer, a través de los personajes, un retrato en el que las personas pudieran sentirse identificadas basándose en la vida de las personas que hemos vivido esos años". La novela comienza en 1968 con las primeras protestas estudiantiles y recorre las trabas del tiempo hasta los Juegos Olímpicos de Barcelona de 1992.
"El libro es un símbolo de la decadencia de una clase social y de una forma de entender la vida
De esos años, Eyre destaca el machismo que sufrían las mujeres y que ella tuvo que vivir en primera persona cuando entró a formar parte del Partido Comunista. Con este libro, confiesa, "he querido trasladarle a las mujeres jóvenes de ahora la doble condición de luchadoras que tuvimos que tener en aquellos años".
La novela cuenta la historia de Silvia Montaner, cuya familia se arruina a causa del anuncio del papa Juan XXIII de que las mantillas en la Iglesia dejaban de ser obligatorias, ya que regentaban un negocio textil que las fabricaba. La decadencia de la fábrica, de la familia y de la casa en la que vivían, según reconoce Eyre, "es un símbolo de la decadencia de una clase social y de una forma de entender la vida", al igual que sucedió con muchas otra cosas que desaparecieron al mismo que tiempo que iban surgiendo nuevos avances.