Escribir a mano o con teclado, ¿qué método aporta más beneficios para la mente?
El Dr. Javier Marín Serrano, experto en Psicología del Lenguaje, y el Doctor Marcelo Berthier, catedrático de Neurología, desvelan en Julia en la Onda todos los beneficios cognitivos que trae consigo practica la escritura en mano, una costumbre que cada vez se está perdiendo más.
La escritura cuneiforme surgió en Mesopotamia hace aproximadamente 5.000 años, cuando esta civilización asiática desarrolló un sistema para contabilizar y catalogar bienes. Con el paso de los siglos, este arte oscuro y reservado para las élites de la sociedad se fue extendiendo hasta ámbitos más y más amplios de la sociedad, y llegó a alcanzar a las más amplias capas de la población hace tan solo unas décadas. Sin embargo, el arte de convertir palabras y pensamientos en trazos sobre el papel corre peligro, pues la irrupción de los teclados está provocando que la escritura a mano sea empleada cada vez por menos personas.
De la pluma al teclado: un cambio significativo
Este cambio de paradigma podría tener efectos sobre nuestra forma de escribir y nuestra forma de pensar, según indican numerosos expertos e investigadores de todo el mundo: Javier Marín Serrano, responsable de Psicología del Lenguaje de la Universidad de Murcia, y Marcelo Berthier, Catedrático de Neurología de la Universidad de Málaga, han señalado en 'Julia en la Onda' que relegar la escritura a mano a un espacio tan secundario puede tener consecuencias indeseables para nosotros.
"Yo no podría decir que perdemos. Pero sí, quizás, dejamos de ganar", señala Marín, que indica que numerosos estudios señalan que el desarrollo de las habilidades de lectoescritura y el aprendizaje de nuevas palabras se da con menos intensidad cuando se ejercitan con el teclado. "No es aconsejable dejar de hacer ese tipo de escritura", señala Marín, que considera que es compatible escribir en teclado sin dejar de practicar la caligrafía. "Son perfectamente superponibles, ambas son útiles, y muchas personas las utilizamos", opina también Berthier, que asevera: "Creo que no debemos perder la escritura por todas las implicancias que tiene a nivel cerebral. Que son muchas y que son muy muy poderosas".
¿Cómo afecta a nuestro cerebro escribir solo con teclado?
El catedrático señala el principal motivo por el que resulta más estimulante intelectualmente la escritura a mano: "Son muchos más mecanismo que cuand typeamos en el teclado de un ordenador", seña el catedrático, que aporta un dato sorprendente: "Uno de los aspectos mágicos del cerebro es que tenemos un sistema motor para cada una de las letras que hemos aprendido", señala Berthier, que indica que, al teclear, el cerebro no ejecuta una operación diferente por cada tecla que pulsamos.
Marín, por otro lado, admite que la velocidad de escritura del teclado puede llegar a superar la velocidad de escritura convencional, si bien esto puede no ser siempre beneficioso: ciertamente, la escritura con teclado supone un acto más simple y menos costoso que la escritura a mano. Sin embargo, señala Marín, en muchas ocasiones el cerebro no es capaz de procesar las ideas a la misma velocidad que escribimos y, por ello, tendemos a simplificar las ideas. "Esa velocidad sería la que nos llevaría a componer textos más simples, más directos", apunta el texto.
Otro de los perjuicios que puede traer el abandono de la escritura tiene que ver con la capacidad cognitiva del propio cuerpo: tal y como señala Marín, nuestro cuerpo, a nivel físico, posee una cierta capacidad de cognición. En ocasiones podemos no recordar una contraseña, un patrón o un número, y nuestra mano es capaz de escribirlo recordando muscularmente las posiciones. "Si le quitas el papel cognitivo al cuerpo, estamos simplificando la cognición del cuerpo".
Además de señalar los posibles perjuicios que puede provocar el abandono de la escritura a mano, los expertos han señalado la importancia que la escritura caligráfica puede tener en nuestro desarrollo y mantenimiento cognitivo. Berthier habla de la noción de "Reserva Cognitiva", que hace referencia al fortalecimiento de las neuronas y el cerebro que obtenemos cuando practicamos la lectoescritura.
Escritura a mano: un excelente ejercicio cognitivo
Cuando escribimos a mano, señalan los expertos, estamos más pendientes del texto y ejercemos una lectoescritura mucho más activa que la que llevamos a cabo en el teclado. Leer, por lo menos, varios libros al año, señalan los expertos, es también fundamental para asegurar un buen funcionamiento cognitivo a lo largo de los años. "La lectoescritura es como un virus saludable", señala Berthier, que afirma que su práctica "cambia la arquitectura cerebral para siempre".
Este fenómeno tiene que ver con un mayor ejercicio de la memoria. Para Berthier aprender a escribir es , "indudablemente"fundamental para el desarrollo cerebral de los niños: "El acto de aprender a escribir es sumamente complejo. Requiere práctica y requiere un esfuerzo", señala el catedrático, que añade que la escritura a mano resulta fundamental "para que algunos elementos que están en nuestro cerebro completen su desarrollo para tener más eficiencia en la escritura". Debido a esto, los expertos han señalado su preocupación con respecto al plan que quiere aplicar Finlandia, que pretende abandonar la enseñanza escolar de la escritura manual para centrarse directamente en la mecanografía.
En el programa, Julia Otero ha señalado un estudio realizado por Human Movement Science hace unos años, que mostraba como los individuos que habían aprendido un idioma asiático escribiendo a mano, con los años conseguían retener un mayor número de conocimientos que aquellos que utilizaron un ordenador.
La escritura como logro social
Marín ha mencionado también la dimensión social de la escritura, haciendo referencia, por ejemplo, a las diferentes caligrafías que cada uno de nosotros empleamos cuando escribimos a manos. Según Marín, el avance de la tecnología en este sentido podría socavar el "logro cultural" que supone la escritura, socavando los rasgos individuales y únicos que cada uno de nosotros aportamos a nuestros escritos, cuando escribimos con bolígrafo o pluma.
Marín ha hecho mención a un ejemplo muy popular: el filósofo Nietzsche, debido al deterioro de su visión, tuvo que dejar de escribir a mano para emplear un tipo de máquina de escribir al final de su vida. Ese cambio de instrumento, según señalan estudiosos y expertos, alteró levemente su estilo, sus razonamientos e, incluso, su filosofía.