¿Cómo funciona el implante que permite estimular la visión de las personas ciegas?
Hablamos con el director del ensayo clínico y catedrático en Biología Celular de la Universidad Miguel Hernández de Elche, Eduardo Fernández
El grupo de Neuroingeniería Biomédica de la UMH, dirigido por el catedrático de Biología Celular Eduardo Fernández Jover, ha publicado los resultados de un experimento que demuestra que la implantación en el cerebro humano de microelectrodos intracorticaleses capaz de inducir la percepción de formas y letras en una persona ciega.
"Empezamos en 1987 a trabajar en este ensayo. En aquel momento, lo probamos con animales de investigación y , desde entonces, hemos ido valorando, estudiando la biocompatibilidad y viendo la forma de utilizar este tipo de tecnologías para interaccionar de manera bidireccional con el sistema nervioso", ha explicado Fernández Jover.
Según nos ha contado el profesor, es un proyecto multidisciplinar fruto de muchos esfuerzos y muchas personas: "Colaboramos con muchos grupos de investigación para mejorar la independencia y la calidad de vida de las personas ciegas", ha puntualizado.
Pero, ¿Qué posibilidades abre este nuevo avance científico? "Estamos al comienzo de un camino. Es importante avanzar poco a poco, no crear falsas expectativas e ir con paso firme. No podemos tomar atajos. Los datos son prometedores pero es un estudio preliminar, hay que valorarlo con más personas. Queda mucho trabajo", ha confesado el director del ensayo.
La primera voluntaria sometida al experimento
Una mujer invidente de 57 años de edad ha sido la voluntaria para probar el ensayo. Se trata de una persona completamente ciega durante más de 16 años y gracias a este avance, ha sido capaz de percibir letras e identificar la silueta de algunos objetos.
"La escogimos porque entendía que era investigación y no un tratamiento médico. Además, tenía una ceguera bilateral y un buen estado de salud general para ser sometida a la intervención", ha aclarado Eduardo.
¿Cómo funciona el implante?
"No vemos con el ojo sino con el cerebro. El ojo transforma la luz en el tipo de señales que entiende el sistema nervioso y las manda por el nervio óptico al cerebro. Lo que hacemos es simular este sistema con una retina artificial, transformamos lo que hay en el exterior en trenes de impulsos eléctricos y eso lo mandamos a la parte del cerebro que está por encima de la nuca con unos electrodos pequeños", ha concluido el catedrático.