'Algo nuevo en los cielos' el nuevo libro de Antonio Martínez Ron
El periodista y divulgador Antonio Martínez Ron ha publicado su nuevo libro 'Algo nuevo en los cielos' donde nos da todas las claves para comprender los misterios meteorológicos.
Antonio Martínez Ron es uno de los mejores divulgadores científicos de nuestro país, y en su nuevo libro 'Algo nuevo en los cielos' nos cuenta la historia del cielo y todos sus entresijos, respondiendo preguntas como ¿por qué llueve? o ¿qué contiene el aire que respiramos?.
En la entrevista con Julia Otero, Martínez Ron ha admitido que de niño siempre curioseaba con las incógnitas del cielo (aún hoy lo hace).
Me preguntaba: ¿Cómo de alto están las nubes?,¿hasta dónde puede volar un globo?, ¿a dónde van esos globos? Siempre me llamó la atención las dimensiones del cielo
El periodista y divulgador científico ha señalado que desde la mitología el tema de la meteorología ha sido algo intrigante para los humanos. "Era algo tan poderoso e inexplicable que había que atribuirle un poder divino", ha explicado. Avanzando en la historia, Antonio Martínez Ron ha recordado que varios relatos del siglo XVI sitúan a civilizaciones europeas que "cuando llegaba una tormenta salían de las murallas de la fortaleza y los arqueros disparaban contra la nube con la intención de asustarla".
Además, el invitado ha hablado sobre cómo recogen muestras de las nubes en las montañas de los Alpes, la anécdota de William Rankin (el piloto de guerra que estuvo 40 minutos dentro de una tormenta) y cómo se entrena a los astronautas en el cielo del Everest, entre otras muchas cosas.
LA GUERRA DE LAS TORMENTAS
Para Antonio Martínez Ron, 'La guerra de las tormentas' es "uno de los episodios de la historia de la meteorología más alucinantes y no demasiado conocidos". El suceso pasó en Estados Unidos, lugar donde normalmente la tormentas son abundantes. Benjamín Franklin, "fue el primero en darse cuenta de que una misma tormenta en distintos lugares el viento soplaba diferente". El punto de discusión estaba entre los que pensaban que las tormentas tenían una naturaleza giratoria y los que decían que era "como una aspiradora hacía arriba". Loomis determinó que en realidad era un poco de las dos cosas. Además, estableció unos experimentos que Martínez Ron ha definido como 'fantásticos y un poco descabellados' para medir la velocidad de los tornados.