Hasta que estalló la guerra en Ucrania, todos los ojos se fijaban en Isabel Díaz Ayuso y la crisis interna del PP que desató la supuesta trama de espionaje que la dirección del partido ordenó contra ella. El punto de inflexión llegó el 18 de febrero con la entrevista que concedió Pablo Casado y que cuestionó y apuntó directamente a la presidenta. Menos de dos semanas pasaron desde ese momento hasta que el líder del PP asumía su marcha para cederle el testigo a Núñez Feijóo.
Por aquel entonces también hablábamos de la aprobación de la reforma laboral en el Congreso, que salió adelante gracias al error de Alberto Casero, diputado del PP. También acudimos expectantes a las elecciones de Castilla y León, que acabaron con la victoria de Mañueco, que vuelve a ocupar el cargo de presidente, aunque esta vez de la mano de Vox.
Semanas después, y aún con el precio de la luz en ascenso, varias organizaciones de transportistas españoles convocaban un parón indefinido por una subida también en el precio de los carburantes que venía de lejos.