Desde que jurara su cargo, Boris Johnson se ha visto envuelto envuelto en varios escándalos y situaciones de crisis, como la que vivió el país hace unos meses con la subida del precio del petróleo, que hundió a Johnson en las encuestas, tras las imágenes en las que se veían colas eternas para repostar.
El pasado diciembre comenzaron a hacerse públicas unas imágenes en las que se veía al Primer Ministro británico de fiesta en pleno confinamiento. En ese momento, la popularidad de Johnson bajó hasta el punto de que una gran parte de la población, incluso muchos de los que le habían votado y algunos de sus compañeros de partido, le preferían fuera del cargo.
El "Party Gate", comenzó con un goteo de filtraciones hace poco más de un mes, cuando se cumplía un año de la polémica salida del gobierno de uno de los asesores de Johnson, principal ideólogo del 'Brexit', por "haberse saltado el confinamiento".
Esas imágenes provocaron un gran tsunami en el ejecutivo, que también salpicaron a Johnson y a otros miembros de su equipo, al filtrarse que ésta no habían sido la única fiesta o "reunión de trabajo", que él justifica.