El Gabinete: La distancia entre lo real y lo virtual
Mientras Facebook pretende crear el, "Metaverso", la próxima evolución de internet, una exempleada de la plataforma denuncia la idea. Lo debatimos con Juan Manuel de Prada, Carmen Morodo e Ignasi Guardans
"Metaverso", el término empleado por Facebook para definir sus próximos pasos a la hora de construir un universo virtual que funcione como "la siguiente versión de internet". Este proyecto pretende que los usuarios puedan vivir una experiencia inmersiva, en un universo informático, mediante un casco/gafas de realidad virtual, en el que se podrá trabajar, jugar a videojuegos, comprar artículos digitales, socializar con amigos y consumir.
Sin embargo, una exempleada de la plataforma, Frances Haugen, ha comparecido en el Parlamento Europeo para denunciar que los productos de Facebook perjudican a los niños y debilitan la democracia: "Facebook se convirtió en una compañía de 1 billón de dólares al dejar de lado la preocupación por la seguridad y esto es inaceptable".
Respecto al "Metaverso", Haugen ya advirtió de que era peligroso: "Personalmente me asusta la idea de traer aún más micrófonos y sensores de Facebook a nuestras vidas y dejar que nos espíen mientras no tenemos ni idea de cómo usan los datos".
Mientras, esta semana, otro gigante del sector tecnológico, Microsoft, ha informado de que también desarrollará su propia iniciativa destinada en particular a las empresas, donde los usuarios podrán compartir archivos de trabajo.
Intentos de poner en marcha iniciativas similares
Quizá, el acercamiento más genuino a algo similar a lo que propone Facebook, haya sido Second Life, una mezcla entre comunidad y juego ideado por Philip Rosedale en 2003 bajo su empresa Linden Lab.
Como una especie de Sims en línea, empresas de tecnología y moda abrieron sus tiendas en la plataforma, programas de tv también crearon sus versiones paralelas y se veía como el futuro. Pero no llegó a cuajar. ¿Lo hará la propuesta de Facebook? Lo analizamos con Juan Manuel de Prada, Carmen Morodo e Ignasi Guardans.