Pastora Soler sufrió el pasado 8 de marzo un episodio de miedo escénico que la ha llevado a plantearse si sigue con su carrera musical. Además, debido a la presión excesiva el dueño de un restaurante en Valencia ha renunciado a la Estrella Michelín que se le otorgó en 2013. Nos cuestionamos en El Gabinete si son decisiones honestas y por qué algunos artistas que también lo sufren, no se atreven a dar el paso.
Juan Adriansens cree que la decisión que ha tomado Biosca, dueño del restaurante, es la más acertada. “Tenemos que trabajar bien, hacerlo lo mejor posible pero sin competir con los demás”. Opina que el esfuerzo que cuesta ser el mejor, es mucho mayor que de lo que vale el triunfo” y que, una vez conseguido, hay que luchar demasiado para seguir siendo el primero.
Para Elisa Beni existen dos tipos de miedo escénico: el que se da cuando alguien se siente inseguro de lo que tiene que hacer porque no lo ha hecho nunca y el que se produce en las personas que tienen que estar constantemente bajo la presión del público. Cree que “el segundo se produce por autoexigencia personal que hace que se sobrestime el nivel al que los demás esperan que estemos”. Opina que tenemos que hacer aquello que nos gusta y, si sabemos hacerlo, habrá reconocimiento.
Lucía Etxebarría se basa en el libro “La sabiduría de los psicópatas” para dar su opinión sobre esta cuestión. “el miedo escénico tiene que ver con un gen con el que algunos nacen y otros no”. Expone que hay personas con miedo escénico, que entrenan para controlarle, mediante una técnica que intenta que piensen en el siguiente paso para conseguir el objetivo y no en el resultado final.