El objetivo de La Cumbre de Lima, según la ministra de Medio Ambiente, es ponerse de acuerdo para llegar a un objetivo común de sumar esfuerzos para revertir el cambio climático y evitar que la temperatura aumente. De momento, se está trabajando en un borrador muy avanzado que pretende que todos los países de la ONU adopten antes del 15 de marzo un plan de acción cuantificable para reducir el calentamiento global. Las naciones más desarrolladas tienen la responsabilidad de proporcionar apoyo financiero a los países en vías de desarrollo para trabajar en esta cuestión. Mientras Miguel Arias Cañete habla de un paso importante, las organizaciones ecológicas lo ven como un fracaso.
José Luis Gallego cree que los mecanismos de financiación tienen que tener la misma importancia que los de tramitación. Según él, "se sabe que hay que hacer para acabar con esto pero hay que poner un dinero para poder llevarlo a cabo". "Si la temperatura subiera dos grados, significaría que llegaríamos a un escenario en el que no ha vivido nunca un ser humano".
Bajo la opinión de Alejo Vidal Quadras "hay una contradicción entre el ciclo electoral corto en el que se mueven los políticos y las políticas ambiciosas de muy largo alcance que requiere este problema". Cree, además, que llegar a un acuerdo entre países con intereses y gobiernos tan distintos, es muy difícil.
Julián Casanova opina que "sabemos que desembocará en un desastre futuro pero, acabar con ello significa acabar con las energías fósiles, de las que dependemos, y la gente renuncia a ello". Cree que "el cambio climático debería ser asignatura obligatoria para la gente joven que, al fin y al cabo, serán los que vean las consecuencias".