La expectación era alta y la realidad descrita por el president, menos altisonante de lo que desean los amantes de los titulares gruesos. Esto no ha ido bien y la semana que viene ya veremos qué hacemos, sería el resumen de una larga comparecencia de Artur Mas en su estilo, es decir, atendiendo todas las preguntas hasta que se han acabado. O sea, la noticia es que no hay noticia de momento. Ni el pacto fiscal tiene posibilidad alguna de prosperar, ni se ha insinuado que se adelantan las elecciones en Cataluña, ni se ha amagado con un golpe de timón inminente. “Ir tirando en el día a día” ha sido la expresión coloquial usada por Más para definir la situación a día de hoy.
Solo cuando en Moncloa ya habían respirado por la contención del visitante, Rajoy ha hecho público un comunicado sin nada particular que reseñar, o sea que el marco es la Constitución y que todos los gobernantes tienen que cumplir con ella.
Para imaginar el clima del encuentro, Artur Mas ha dejado una perla: ”aunque uno quiera no puede enfadarse con Rajoy”.