Julia Otero: "¿Llevar la camiseta de un equipo impide pronunciamiento político para no molestar a un segmento de la afición?"
Escucha La columna de Julia, el espacio de opinión en el que Julia Otero da su visión sobre la actualidad.
La de veces que hemos hablado de la "futbolización" de la política, pero no, hoy vamos a darle la vuelta para abordar qué ocurre cuando el fútbol se mete en política.
Todo empezó con Mbappé dando la cara, y no me refiero al encontronazo que ayer le partió la nariz en el partido contra Austria, sino de otra decisión que tomó y que está teniendo mucho impacto en su país. Un país muy polarizado y que está en plena campaña para las elecciones legislativas.
Mbappé llamó a los jóvenes a votar, a no desentenderse de la realidad, del mundo en el que viven; y a pronunciarse con su voto en contra de los extremismos.
El candidato de la extrema derecha le respondió por la noche en el informativo más visto de la televisión francesa, que un millonario no puede decirle qué votar a quien no llega a fin de mes.
Es la vieja idea de que los ricos solo pueden ser de derechas, como si no hubiera principios que una persona pudiera mantener por más que cambie su cuenta corriente.
Mbappé no está solo en todo esto, más de 200 deportistas de primer nivel han firmado una carta en la que piden a los franceses que frenen aquellas fuerzas que pisotean el respeto hacia el diferente.
Aquí nos cuesta imaginar algo así, ayer el portero de España preguntado al respecto dijo que los futbolistas deben dejar la política para otro. Y nos preguntamos, ¿por qué?
¿Llevar la camiseta de un equipo o una nacionalidad impide pronunciamiento político alguno para no molestar a un segmento de la afición?