¿Cuál es el origen del arroz cubano?
Analizamos con Ana Vega, la Biscayenne, como nació la receta del arroz cubano y descubrimos cómo hacer el arroz blanco perfecto.
Ana Vega, la Biscayenne nos habla del origen del arroz a la cubana. Pese a tener este nombre, es un plato muy español, tanto que los cubanos no conocen de su existencia.
Es difícil asegurar cuando y donde nació un plato. En cuba es muy típico el arroz blanco como guarnición, ya que se considera un elemento que completa un plato. El típico que se hacía era muy suelto y aromático, y al finalizar la cocción le echaban un poco de manteca de cerdo. Fue uno de los alimentos más populares en la Cuba del siglo XIX. Los huevos fritos eran otro básico de la cocina del país, que solían comerse junto con el arroz. Cuando se independiza Cuba, muchos españoles vuelven a la “madre patria”, por lo que intentan hacer el plato para dejar de lado el sentimiento de añoranza.
¿Cuáles son sus ingredientes?
Esta receta se basa en una especie de trio de ases: lleva arroz blanco, huevo frito y salsa de tomate. Los más aventureros optan por añadir plátano frito en rodajas aunque, quitando este ingrediente, lo curioso es que no viene de Cuba.
Hace unos años se podía encontrar en cualquier menú del día, aunque ahora parece que es "cutre" y se deja de lado. Pese a ser un plato muy básico, de los que no reciben mucho cariño y te sacan de un apuro, continúa "mereciendo amor" ya que no es tan sencillo hacer un buen arroz blanco.
¿Cómo se hace un buen arroz blanco suelto?
Cogemos el arroz que vayamos a utilizar, una taza por persona siendo generoso, lo ponemos en un colador y lo pasamos por agua. De esta manera quitamos el espesante natural. Lo dejamos hasta que el agua salga trasparente. Cogemos el doble de agua que de arroz y lo ponemos en una cazuela pequeña o un cazo grande, con fondo, ya que necesitamos un poco de altura.
Echamos el arroz, el agua, un chorrito de aceite y un ajo. Lo revolvemos y ponemos el fuego a tope. Dejamos que el agua hierva a borbotones unos cuatro o cinco minutos y, cuando casi se haya evaporado, bajamos el fuego al mínimo, lo tapamos y lo dejamos unos 15 minutos.