Conocemos anécdotas de lo más variopintas. Palomo, un hombre que asistió a un velatorio y cayó sobre una mesa en la que habían fotografías del fallecido. También la historia de una madre que desveló a la novia de su hijo la sorpresa de su viaje a París, y una chica de 18 años que siempre encontraba la forma de caerse de pequeña de maneras más que peculiares.