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Javier nos habla de su experiencia, en el año 1997 al norte de Suecia. Nos dice que fue allí porque 'fue la última ciudad que nadie elegía'. Nos cuenta que tras ir a una cacería de osos y alces, les regalaron una cornamenta de alce que no cabía en ningún sitio. Consiguieron una beca en la universidad sueca, les concedieron unas 60.000 pesetas de la época y varios españoles que estaban allí se fueron a Cuba. Dos días antes de volver a Málaga volvieron a Estocolmo y de allí a Málaga. 'Imaginaos todos negros como tizones y con una cornamenta da alce'.
Mari Carmen nos cuenta que su hija estuvo en Finlandia y dice que 'vino cabreada porque hizo un invierno muy suave'. La experiencia fue fabulosa porque las universidades son muy diferentes a las de España y, las clases son en inglés. Mari Carmen también nos dice que su hija hizo muy buenas amistades con italianos, franceses y andaluces que cuando van a Barcelona siempre se ven y con las redes sociales siempre están en contacto.
Nati nos dice que sus dos hijos han estado de Erasmus y que 'quizá, gracias a eso el mayor consiguió el trabajo que tiene'. El pequeño se fue a Grecia cuando hubo todas las revueltas, ella estaba atacada. Su hijo conoció a una chica polaca, regresó y ha hecho muchas amistades.
Javier es profesor universitario y anima a todos los estudiantes a que se vayan de Erasmus porque 'es una experiencia única para conocer Europa y para aprender otro idioma, que según están las cosas viene muy bien'.
Esperanza llama desde Dresde y nos dice que está encantada porque 'es una experiencia que abre mucho la mente'. Se quedó allí a vivir porque conoció al que hoy es su marido, nos dice que la calidad de vida es muy buena, que los precios son más o menos iguales que en España, pero los salarios son mejores.