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Luis nos comenta que se dedica a dar las cestas en una empresa donde con el cliente que menos factura son 60.000 euros. En navidades lo que querían que repartiese era una caja de mecheros.
Antonio tiene una imprenta y compra papel a un almacén grande y, 'el otro día trajeron un mango de ducha y un bote de sales de baño'.
Carlos nos cuenta que hace unos 10 años trabajaba en un hotel de una familia bastante conocida y 'conocida por ser del puño cerrado'. El día de la entrega de cestas, les dieron una cesta para los 23 trabajadores.
Félix nos dice que entró a trabajar en un taller mecánico, llegó la navidad y le dijeron que cogiese la cesta con su nombre. Iba con su cesta en la bici orgulloso, pensando que era un jamón y cuando llegó a casa la cesta tenía piña en almíbar, sidra asturiana de la más mala y melocotón.
Mónica trabajó en un despacho de abogados y 'eran lo más cutre de lo cutre'. Las cajas que recibían lo repartían entre todos los trabajadores y 'un año me tocó una caja de clips'.