Viena e Innsbruck: dos ciudades majestuosas que respiran arte, música y cultura
Aunque separadas por más de 450 kilómetros, Viena e Innsbruck son dos de las joyas que ofrece Austria. Ciudades majestuosas impregnadas del legado de los Habsburgo, rebosantes de arte y cultura.
Creatividad y tradición imperial se unen en la preciosa Viena, capital de Austria. Su arquitectura barroca llama la atención de cualquier viajero, al igual que sus elegantes palacios, como el de Schönbrunn, el de Belvedere o el Palacio de Hofburg, lugar en el que reside el presidente del país.
La majestuosidad de sus calles y sus encantadores edificios convierten a esta ciudad en un destino inigualable para los amantes de la música, el arte y la cultura en general. Una ciudad con siglos de historia y con mucho que ofrecer, por cuyas calles paseaba la legendaria emperatriz Sisí y cuyo atractivo principal es la gran Stephansplatz, donde se encuentra la Catedral de San Esteban.
Los pies te llevan por sus calles a ritmo de vals, pues Viena está catalogada como la capital mundial de la música.
"La sensación musical y cultural que se vive en Viena es única en el mundo", asegura en el programa Gente Viajera la responsable de la Oficina de Turismo de Austria en España, Blanka Trauttmansdorff. Quien además resalta la oferta cultural envidiable que presenta la ciudad.
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"Se puede pasar por las calles de Viena tras las huellas de los grandes compositores y músicos", recuerda Blanka Trauttmansdorff. Y no solo eso. Cabe destacar también la gran oferta musical que forma parte del día a día de la ciudad, con numerosos conciertos y festivales en los que actúan artistas del mundo entero.
Nada como disfrutar de ese ambiente típico vienés, de la música al aire libre en las noches de verano.
La Filarmónica de Vienta fue la encargada de inaugurar la temporada en el Palacio de Schönbrunn con su tradicional Concierto de Una Noche de Verano, el pasado 18 de junio.
Klimt, Kokoschka y Schiele
Siempre hay lugar para el arte en esta metrópoli austríaca, de la que surgieron conocidos pintores. Tanto es así que en el Palacio de Belvedere, en cuyo interior se ubica la Galería de Austria, se encuentra la mayor colección de obras de Klimt y Kokoschka.
Merece la pena también visitar el museo Leopold, que cuenta con la mayor colección del mundo de Egon Schiele; y la Albertina, en el corazón de la ciudad, que combina las grandes obras de arte con el ambiente imperial de la ciudad.
Para perderse entre naturaleza
Viena es también la ciudad más verde del mundo. Con sus grandes parques, repletos de árboles, y sus jardines de rosas. Pasear por ella es respirar naturaleza, pues cuenta con más de 990 zonas verdes urbanas en las que quedar con amigos, desconectar o hacer deporte.
Sus parques más bonitos son el Stadtpark, los Jardines de Augarten, los Jardines del Belvedere, los Jardines del Palacio de Schönbrunn, el Jardín Botánico de la Universidad de Viena y el Volksgarten, traducido al castellano como 'jardín del pueblo'.
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Innsbruck: Una ciudad entre las montañas
Donde la ciudad se encuentra con la montaña, ahí está Innsbruck. Una ciudad a los pies de los Alpes con inmejorables vistas.
Empezando por su casco antiguo, la capital del Tirol tiene mucho que ofrecer a los viajeros, pues no solo está repleta de historia y cultura, sino de naturaleza y vanguardia.
Innsbruck alberga uno de los tres monumentos culturales más importantes de Austria, solo superado por el Palacio Imperial de Viena y el Palacio de Schönbrunn: el Palacio Imperial. Caracterizado por un marcado estilo barroco, esta residencia real es una de las huellas de los Habsburgo que quedaron en la ciudad y que todo viajero debería visitar. Al igual que la Iglesia de la Corte, conocida como la iglesia de los hombres negros.
Innsbruck deja espacio también a la arquitectura vanguardista, que alcanza su máximo esplendor en la calle Maria-Theresien-Strasse. Ubicada entre la Columna de Santa Anna y el Arco del Triunfo, esta majestuosa calle es un lugar donde la historia se hace realidad, donde poder disfrutar.
Enric Gasa, un enamorado de Innsbruck
Enric Gasa Valga, director artístico del Teatro Nacional Tirolés en Innsbruck, quedó prendido de la ciudad, de su cultura y de sus montañas. El coreógrafo barcelonés, que llegó a la capital del Tirol con la idea de permanecer allí seis meses, lleva ya trece años en la ciudad. Según cuenta en Gente Viajera, la calidad de vida en Innsbruck es "fantástica" y se trata de una urbe "muy activa" en el ámbito cultural y el deportivo.
De entre todas las virtudes que tiene la ciudad, para Enric Gasa lo más destacado es la vitalidad que ofrece, con habitantes y turistas que proceden de todos los rincones del mundo. "Es una pequeña ciudad vibrante, internacional y con diferentes culturas", asegura, en la que se unen "la belleza y el dinamismo de una ciudad pequeña, pero carismática".
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Un palacio y una historia de amor secreta
La pasión no podía faltar en esta maravillosa ciudad tirolesa. Según cuentan las leyendas, detrás del Castillo de Ambras se esconde una verdadera historia de amor del siglo XVI.
El archiduque Fernando II, quien debía contraer matrimonio con una alguna princesa de Francia o Portugal, se casó en secreto con Philippine Welser, su gran amor e hija de un comerciante, para quien mandó ampliar esta residencia renancentista que alberga en su interior grandes tesoros.
Lejos de ser un matrimonio aceptado, la joven Philippine vivió escondida en el Castillo de Ambras, donde dio a luz a cuatro hijos que quedaron excluidos de la línea de sucesión de los Habsburgo. Además, según cuenta la leyenda, la esposa del archiduque se dedicó a curar a los enfermos gracias a sus conocimientos en hierbas medicinales.
Otro motivo más para ir a visitar esta hermosa ciudad cargada de majestuosidad e historia.