Descubriendo Bulgaria, la tierra de los tracios de Espartaco
Es noticia que a partir del mes de marzo habrá dos países europeos que estarán integrados en el espacio Schengen. Esos dos países son Bulgaria y Rumanía y al estar en Schengen se facilitará la entrada en el país.
Bulgaria |
Una buena noticia para nuestros viajeros, aunque la noticia tiene muchos matices, porque no será efectiva hasta el mes de marzo. Y tiene matices porque sólo afecta a los viajeros europeos que llegan por aire o por mar, es decir, en avión o en barco. La libre circulación por tierra aún tardará en llegar. Como la mayoría de los españoles que viajen a esos países llegarán en avión, pronto notarán la ventaja de evitar la aduana al entrar en Bulgaria o Rumanía.
Son países poco visitados por los españoles
Bulgaria es un país con poco desarrollo turístico en general y eso te da la satisfacción de vivir con la gente, no con otros turistas. Recorrer Bulgaria a nuestro aire es un placer, porque es un espacio en blanco en para los viajes y realmente está lleno de interés. Es un lugar de encuentro entre las influencias de Europa Central, de lo que fue el imperio austrohúngaro y del mundo oriental del imperio otomano.
Además, tiene varias caras desde el punto de vista geográfico. Por una parte tiene las montañas del interior con estupendas estaciones de esquí, que están entre las más baratas de Europa. No nos olvidemos de que estamos en plena temporada de esquí. Por otro lado, están los profundos valles, las llanuras y las costas del Mar Negro que son un gran foco de atracción para los veraneantes que buscan sol y proceden de los países que están al norte de Bulgaria. En el Mar Negro, Bulgaria tiene zonas turísticas que recuerdan a las del Mediterráneo y con estupendos hoteles.
Meliá tiene allí varios hoteles
Algunos de esos hoteles son de cadenas españolas que valoran mucho esa costa. Concretamente Meliá tiene siete hoteles, cuatro en la preciosa isla de Nesebar, que está en la lista del Patrimonio de la Humanidad. Otro en la capital de la costa, en Varna. Riu tiene tres hoteles, Barceló uno, Eurostars otro en Sofía. Es cierto que Bulgaria tiene una costa muy turística en el Mar Negro, pero también montañas de ensueño, ciudades medievales amuralladas, iglesias ortodoxas cubiertas de pinturas, y un país en reconstrucción que invita a viajar para descubrir un rico coctel de Oriente y Occidente. Guarda la memoria de varios imperios, y también me pareció muy interesante ver como las ruinas de los monumentos de hormigón del periodo comunista están en un abandono casi absoluto. Lo cual es un tremendo error, porque la calidad de las obras no depende de qué régimen las haya levantado. Aunque quizá pase como con los monumentos de Grecia, que puede que sean más bellos como ruinas que cuando estaban completos.
Para ir a Bulgaria tenemos que viajar mucho hacia el este
Aunque el país está casi a la misma altura en el mapa que nosotros. Específicamente de la Costa Cantábrica, pero su mar se parece más al de las islas griegas. En el mapa, el país está apoyado en Grecia y Turquía y tiene mucho que ver y mucha historia. Siempre ha estado rodeada de culturas poderosas, desde las de la antigua Grecia y Roma, al Imperio Otomano y la inmensa Rusia, pero ha sabido construir su propio destino gracias a los valerosos tracios, la etnia de Espartaco y a los dos grandes Imperios Búlgaros de los siglos VII y XII. Después estuvo cinco siglos en poder de los otomanos y renació a finales del siglo XIX para alcanzar la independencia en 1908. Luego estuvo desde 1945 hasta 1989 tras el Telón de Acero y luego se transformó en un sistema democrático que se integró en la UE en 2007.
Por su forma podemos decir que el país es un rectángulo apaisado, con la capital Sofía al oeste, el mar Negro al este,y la cordillera de los Balcanes dividiendo el territorio en dos franjas, la superior ocupada por las planicies del Danubio y la del sur por las fértiles tierras de Tracia superior, al pie de los montes Ródope, donde viven todavía osos y lobos.
Sofía, su capital, es una gran ciudad de más 1.300.000 habitantes, de arquitectura funcional y grandes parques, con tranvías, que le dan un aire especial, de socialismo setentero, pero su centro es un tesoro, fue capital en 1879, del Principado autónomo de Bulgaria y levantó edificios inspirados en Viena y una gran catedral neobizantina, cerca de la iglesia de Santa Sofía, de la que tomó el nombre. El centro es tremendo, en un kilómetro se acumulan el templo de San Jorge del siglo IV, el Palacio Real, el Arqueológico en una antigua mezquita y El Largo, obra socialista de los años cincuenta con tres edificios de estilo neoclásico soviético en torno a la plaza de la Independencia, integrando fuentes y esculturas. Hace como 15 años, construyendo el metro, encontraron restos de la ciudad romana de Serdica, en el puro centro. Ahora se ve en un gran foso, al que asoman también la mezquita de Banya Bashi, cerca de la sinagoga de Sofía y del Mercado de las Mujeres. Sofía tiene una visita estupenda, y muy cerca del centro está la iglesia de Boyana, Patrimonio Mundial por sus murales de arte religioso medieval.
Desde la capital, Sofía, se puede recorrer la franja norte del país hasta el mar Negro, visitar sus pueblos de vacaciones y playa y regresar por la franja de Tracia, en el sur, en un recorrido circular. En esa parte norte no nos podemos perder las cuevas de Devetashka, una maravillosa catedral natural de proporciones gigantescas, que aloja 30.000 murciélagos y se ilumina a través de grandes agujeros en la altísima bóveda de piedra. Está considerada una de las cuevas más bellas del mundo. Otra maravilla es la ciudad de Veliko Tarnovo, elevada sobre las hoces del río Yantra, hoces que rodean el recinto amurallado donde estuvo la capital del Segundo Imperio Búlgaro, con su palacio real, su corte y 400 manzanas de viviendas. Recuerda a nuestra Cuenca apretada entre dos hoces, pero a una escala mucho mayor. Y dos yacimientos interesantes, Pliska, primera capital del Primer Imperio Búlgaro en el siglo VII, y su sucesora, Preslav, que a finales del siglo IX llegó a ser una de las ciudades más importantes y hermosas de Europa.
En la costa del Mar Negro se extiende la Bulgaria más turística
Pero no sólo playas, también hay mucho patrimonio y naturaleza. En la costa espera Varna, que es la capital marítima del país, con playas en la ciudad, mucho encanto, baños romanos y un estupendo Museo Arqueológico que guarda las joyas de oro más antiguas del mundo. La costa es una gozada con sitios preciosos como Nesebar, sembrada de iglesias del siglo XIV y Patrimonio de la Humanidad. Burgas es un gran puerto y la península de Sozopol, es uno de los mejores destinos de playa en el país, y ya se vuelve a Sofía por tierras de la antigua Tracia búlgara, viajando entre las cordilleras de los Balcanes y los Ródopes. En ese regreso hay que parar en Plovdiv, la ciudad europea habitada continuamente desde hace más tiempo, con un fantástico barrio histórico cuajado de edificios del pintoresco estilo Renacimiento Búlgaro, de los siglos XVIII y XIX, algunos convertidos en museos. En la parte alta hay restos de la fortaleza tracia de Nebet Tepe, que quizá tenga siete milenios y un anfiteatro romano, en una ciudad que fue Capital Cultural Europea en 2019. Y los montes Ródopes guardan joyas, impresionantes desfiladeros como el de Yagodina, pueblos de gran tipismo que muestran una Bulgaria rural anclada en el siglo XX y una estación de esquí en Bansko. Y ya cerca de Sofía otra vez hay que ir al monasterio de Rila, el centro espiritual del país, con una bella arquitectura en la iglesia de la Natividad, cubierta de pinturas tanto en el exterior como en su interior.
Sus precios son muy asequibles y que se come muy bien
La shopska, la ensalada búlgara de tomate, pepino, pimiento asado, cebolla y queso blanco, los pimientos rellenos chushka biurek, o la kebabcheta de carne picada, sabroso y asequible, es un viaje lleno de interés, al que podremos entrar sin enseñar el pasaporte a partir del mes de marzo.