Un viaje por el interior de la provincia de Cagliari, en Cerdeña
La isla italiana de Cerdeña, es la segunda más grande del Mediterráneo. Su cultura, gastronomía, naturaleza exuberante de paisajes de montaña, colinas e impresionantes playas de agua cristalina y arena blanca en sus costas y archipiélagos, junto con los vestigios nurágicos, cartagineses, bizantinos y aragoneses, son sus principales atractivos, pero además es fascinante vivir la hospitalidad sarda y la intensidad de sus vinos.
Cerdeña |
En la provincia de Cagliari y la mitad sur de la isla, tanto en el interior como en la costa, se puede seguir esas huellas históricas de civilizaciones prehistóricas, las influencias de imperios del pasado, las conexiones que los hermanan con España y degustar las recetas tradicionales, las de la abuela, las que usan productos locales y funcionan más con truque que con mercados.
Sobre todo con el vino, el aceite, las carnes de caza, los productos de la huerta y demás frutos secos. Es tal la calidad de los mismos que prácticamente se abastecen con lo que se produce en la isla y junto con la ausencia de estrés y la pureza del aire, hay regiones como la zona blue, donde la gente vive de media 100 años.
Cagliari, la capital de Cerdeña, se encuentra en el sur de la isla
Con vuelos directos desde España. La ciudad tiene un buen número de lugares de interés histórico que conviven con un ambiente moderno y en el que conocer bien la rica historia de la ciudad. Por un lado podemos recorrer sus monumentos prehistóricos, romanos, cartagineses, bizantinos y aragoneses, disfrutar de la gastronomía acercándonos al mercado central, degustando la botarga y después poner el broche final relajándose en la playa del Poetto.
Lo primero es visitar su anfiteatro romano, después el santuario de Nuestra Señora de Bonaria, principal templo mariano de la isla de Cerdeña, donde se encuentra un contenedor en el que llevaban una estatua de la Virgen María y Jesucristo, que cuentan salvó a los marineros de una tormenta terrible y después acercarnos a la Necrópolis de Karalis, en el Parque arqueológico del Tuvixeddu. Un espacio rodeado de jardines, edificios y antiguas fábricas, que ha sobrevivido a duras penas al paso del tiempo, porque se convirtió en cantera. Una visita que puede hacerse gracias a Turismo de Cerdeña y a guías como Francesca Spagnoletti.
La cultura nurágica surgió hacia el 1700 a. C. en Cerdeña
En consonancia histórica con la cultura Fenicio-Púnica, la civilización nurágica tiene una historia fascinante en la que se mezclan hechos reales y místicos, que no están del todo claro y que son dignos de una película al más puro estilo Hollywood. Esta cultura que se cree en conexión con otros lugares del Mediterráneo e incluso del Atlántico, debe su nombre a las nuragas megalíticas; torres-fortalezas de piedra que forman un poblado de círculos concéntricos a un pozo y que podemos visitar sobre todo en la región de Trexenta, en el interior de Cerdeña.
Para que la gente se haga una idea de su importancia James Cameron, el director de Avatar, en su búsqueda de los orígenes de la mítica Atlántida en Doñana, descubrió similitudes abismales del yacimiento de Motilla del Azuer en Daimiel, Ciudad Real, con la cultura nurágica, por lo que intentó establecer de la mano de National Geographic, esta teoría de que el sur de España fuera el centro de la cultura Atlante y Cerdeña es eslabón perdido. Un viaje al pasado que intenta estudiar arqueólogos como Giulio Arca, del complejo Nuraghi Piscu.
Hay que decir que el arqueólogo de este yacimiento nos contó que en este documental hay una serie de "inexactitudes", pero que sí soñamos con descubrir qué pasó con la Atlántida, podemos pensar en estar un poquito más cerca de averiguarlo.