Doñana es un destino sin estacionalidad, se puede visitar todo el año, y es diferente en cada estación. Una experiencia de calidad superior. La visita a esa joya que es el Parque Nacional de Doñana nos lleva de la playa de Matalascañas a las marismas, cruzando en la excursión dunas y matorrales. Disfrutar de la naturaleza y sacar fotografías es un placer en Doñana, caminando o en bicicleta. O enrolándose en las visitas de las empresas autorizadas para hacer tours, ya sea desde el centro de visitantes de Almonte, desde Sanlúcar en barco o una visita combinada de ambas, con una parte de la visita en barco y la otra en todoterreno para conocer todos los ecosistemas de Doñana: la franja litoral, playas, dunas y corrales, marismas y los bosques de pino, alcornoques y matorral. En este caso, estamos haciendo la ruta de la visita 4x4 del Sur del Parque Nacional.
Una vez se pasa la urbanización de Matalascañas, entramos en la playa virgen más larga de España. A partir de aquí, sólo pueden pasar al Parque Nacional vehículos con autorización. Conducir por la zona protegida no es fácil, hay que activar la tracción 4x4. El viento hace fluctuar la arena y modifica el paisaje a diario. Tras topar con una lengua de arena, hemos de dar la vuelta y buscamos un camino transitable, con el mar a nuestra izquierda y, a la derecha, dunas con vegetación y una parte de agua que ha quedado atrapada. Las rutas por Doñana son cada día una aventura. El paisaje del Parque Nacional es muy fluctuante, es un paisaje vivo, que va cambiando a diario. En el recorrido observamos a gente que va a pasear, a tomar el sol y a mariscadores de coquinas, que sólo pueden realizar esta actividad siendo autorizados con licencia de pesca. También hay ranchos de pescadores de pesca artesanal y chozas características en el Parque Nacional.
En la zona de dunas del Inglesillo hay un bosque de enebros importantísimo que se ha regenerado en los últimos 30 años. La calidad de la madera de enebro es tal que se utilizaba para construir casas, embarcaciones, hacer fuego, guisar... En este punto podemos observar el proceso de movimiento de las dunas, que han transformado el pozo de la casa de carabineros del que los habitantes extraían el agua en una torre.
Entre dunas, llegamos a la zona del Palacio de las Marismillas, el pabellón de caza al que van de vacaciones los presidentes del Gobierno de España. Nos paramos a observar y una cierva con su cría de sólo pocos días de vida salen a nuestro encuentro. Jabalíes, gamos... abunda la fauna en los alrededores. Proseguimos ruta por las marismas y aprendemos que en Doñana, hay una zona de marisma continental que depende del agua de la lluvia y otra marisma menos dependiente de las precipitaciones, una marisma con influencia mareal en la que los flamencos campan a sus anchas.