Navegando en goleta por la costa de Turquía
No hay plan más relajante que alquilar una goleta y navegar por Turquía.
Turquía | 12.11.2023 14:22
Ya de entrada, te instalas en el camarote como si fuera un hotel, o sea que te olvidas de andar abriendo y cerrando maletas y la semana a bordo es puro “dolce far niente”. Claro que bajaba de vez en cuando a tierra a visitar y la barbaridad de yacimientos griegos, romanos o bizantinos que hay por esta costa del Egeo tan pegada a Grecia, pero casi todo el tiempo lo pasas navegando sin ver nada más que colinas forradas de bosques y un mar turquesa que es un espectáculo, te das un chapuzón donde te apetece, a la noche fondeamos frente a calas donde no hay un alma. Como la mayoría de las goletas se alquilan para grupos cerrados de familiares o amigos, estás día y noche disfrutando de tu gente, y encima la tripulación se ocupa no solo de llevar el barco, sino también de preparar las comidas, desde el desayuno hasta las copas.
Lo de llevar siempre tripulación es una de las singularidades de las goletas
Sí, cuando alquilas un barco digamos “normal”, generalmente puedes hacerlo con patrón o, si alguno de tus amigos sabe navegar y tiene el carnet, lo alquilas sin patrón y te ahorras ese gasto. Pero las goletas siempre incluyen la tripulación. Son veleros de madera y aspecto tradicional, bastante amplios para lo que es un barco de los que podemos pagar los simples mortales, y además muy seguros, porque tienen borda y es difícil caerse, de ahí que sean muy recomendables si se va a navegar con niños. Se alquilan por Grecia, por Italia, por Croacia.
El escenario natural de las goletas está en Turquía
Hace décadas que este tipo de embarcaciones, que antaño se utilizaban sobre todo para transportar mercancías, se pusieron muy de moda entre los viajeros y por toda la costa turca no solo hay una flota enorme de goletas de alquiler, sino que el servicio en ellas no tiene comparación con los demás destinos.
Desde que a la mañana un marinero tocaba la campana para el desayuno, el día entero era un festín. Imagínate salir del camarote todavía con la legaña puesta y encontrarte la mesa en la popa repleta de cosas ricas, de zumos naturales, de fruta, de mermeladas turcas, que son una delicia, ¡hasta el pan lo hacían a bordo! De verdad que en Turquía no bromean con la comida. Fíjate que una mañana, cuando estábamos navegando por el golfo de Göçek, que es uno de los destinos más a la última de la costa turca, vi un barco-supermercado; una especie de Carrefour flotante para no tener ni siquiera que bajar a tierra a comprar cualquier capricho que se te antoje y que no tengan en tu barco.
Para una goleta de super lujo, su precio puede ser sorprendentemente asequible, sí eliges una más normalita. Depende también de la temporada y del número de camarotes que tenga, pero para hacernos una idea, una goleta de lujo con 6 camarotes, en agosto, puede rondar los 30.000 € la semana, que suena una barbaridad, pero si lo divides entre los 12 pasajeros se sale a unos 2.500€ por barba, a los que hay que sumar unos 450 € por persona por la pensión completa. Y en una goleta estándar la cosa baja que no veas. En una de 8 camarotes, la semana estaría en unos 13.000 €, que al dividirlo entre los 16 pasajeros se queda en unos 800€ cada uno, aunque en realidad habría que decir 1.200€ porque hay que incluir el fondo para las comidas. O sea que unos 1.200 € por persona, con una semana de recorrido, alojamiento en la goleta y todas las comidas no es nada prohibitivo. Y ojo que eso serían precios de agosto, cuando todo es más caro y hay más gente por todas partes. Como la temporada de las goletas va de mayo a octubre, de poder elegir yo iría en mayo o junio o en septiembre u octubre, con mucha probabilidad de buen tiempo, menos gente y precios más bajos. Y para llegar tienes a tiro de piedra el aeropuerto de Dalaman, al que puedes volar con escala en Estambul o, en ocasiones más barato, en aeropuertos como Londres, que desde allí tienes vuelos directos a Dalaman que están fenomenal de precio.
Puedes diseñar la ruta totalmente a la medida
En las goletas que alquilas completas, con un grupo de familiares o amigos y en función de lo que más te apetezca ver, puedes decidir tú la ruta. Cuando lo que contratas es solo un camarote, que es una opción que también ofrecen sobre todo en temporada alta agencias que trabajan mucho esta zona y sí las rutas sí están más definidas. Partiendo por ejemplo del puerto de Marmaris, puedes poner rumbo al sur hacia Fethiye y vas bajando a tierra para, remontando el río Dalyan en una barquita que te viene a recoger a la goleta, visitar las ruinas de Kaunos. Porque toda esta costa turca del Egeo está sembrada de yacimientos griegos que luego pasaron a manos de los romanos. Para admirar las tumbas licias no tienes ni que desembarcar, porque se ven desde cubierta, empotradas en las montañas parecidas a las de Petra. Vas fondeando por el hilván de calas solitarias de la bahía de Göçek, o sin falta habrá que explorar la isla de Gemiler para disfrutar de un atardecer de pecado desde un promontorio sobre sus ruinas bizantinas.
O desde Marmaris podría también navegarse en dirección a Bodrum, que es uno de los enclaves más conocidos de la costa turca y ahí vuelves a tener montones de pueblos y yacimientos arqueológicos donde desembarcar, aunque, al menos yo, el mejor recuerdo que me traje fue navegar durante días por paisajes sin depredar, junto a colinas forradas de vegetación hasta tocar el mar, sin bloques de apartamentos ni un mal tendido eléctrico que te recuerden a la civilización y sobre todo, compartir la experiencia con un grupito de amigos divertidísimos. Salvo en que van por el mar, las goletas, como cualquier barquito de alquiler, no tienen nada que ver con el típico crucero. Aquí no hay horarios ni aglomeraciones, bajas a tierra a visitar los lugares que te interesen y, el resto del tiempo, estás disfrutando del mar, de los paisajes, de las comilonas de nivel que te preparan a bordo y lo mejor, que todo ello lo vives en compañía de quien tú eliges.