Itinerario por Chiapas (México)
En estos días de celebración del día Nacional de México os proponemos sumarnos a la celebración viajando a uno de los estados más atractivos de México: a Chiapas.
Chiapas | 18.09.2024 17:03
Chiapas. Uno de los estados más atractivos de México por su naturaleza, su patrimonio, su riqueza cultural. Está situado al suroeste del país, tiene frontera al este con Guatemala, una costa de más de 250 kilómetros al sur, frente al Pacífico, y varios estados mexicanos al norte y al oeste. Dos grandes cadenas montañosas atraviesan Chiapas en diagonal. Grandes montañas que explican, en parte, que Chiapas no haya tenido, hasta hace poco, buenas carreteras, lo que por otro lado ha permitido preservar bosques y selvas y las tradiciones y la belleza de las comunidades agrícolas. Chiapas posee hoy reservas donde se encuentran el 70 por ciento de todas las aves que se pueden ver en México. En su costa, desembocan más de 60 ríos, entre manglares, esteros y bahías y en sus llanuras se extienden los cultivos: frutas tropicales, cacao y, en especial, café. Chiapas es uno de los estados con mayor diversidad y singularidad de México. Y, junto con Oaxaca, el que más comunidades indígenas posee. En Chiapas se hablan 12 lenguas indígenas, de origen maya, la mayoría, pero también de los descendientes de los olmecas y de los descendientes de los soctones, que fueron los que dieron origen al nombre del estado. Los mexicas les llamaron Chiapas porque estaban situados junto al río de la chía.
La chía ese super alimento que ahora está de moda, da nombre a Chiapas
Proponemos para recorrerlo tres rutas:
- La primera arrancaría de la capital, Tuxtla Gutiérrez y nos llevaría hasta el pueblo más famoso de Chiapas: San Cristóbal de las Casas. Tuxtla Gutiérrez es la capital del estado. Es una ciudad industrial, comercial, en la que destacan sus museos. El museo regional, el museo de la ciudad, el de las artesanías, el del café, y el museo de la marimba, el instrumento musical más característico de Chiapas. A muy pocos kilómetros de Tuxtla, en dirección a San Cristóbal, llegaríamos a Chiapa de Corzo, parada en nuestra ruta. Porque es el punto de partida para disfrutar de una de las maravillas naturales del estado y de todo México: el Cañón del Sumidero. Un estrecho cañón del río Grijalva, encajonado entre paredes de más de 1000 metros de altura. Se puede recorrer en barca, un viaje de unas dos horas que parte del embarcadero de Chiapa de Corzo y se adentra en el cañón. Tomaríamos luego, de nuevo, la carretera a San Cristóbal. Que sube y sube, desde los 300 metros de altitud de Chiapa de Corzo hasta los 2000 de San Cristóbal de las Casas. Un pueblo mágico, de calles empedradas, iglesias barrocas, casas de muros granates, amarillos, rojos, un pueblo que conserva su traza colonial, las calles en damero, organizadas a partir de la plaza principal donde está la catedral. Un pueblo ideal para pasear, conocer su museo del ámbar, acercarse, si hay tiempo, a los pueblos cercanos de las comunidades tzotziles y dejarse caer, por la tarde, por el quiosco del parque central, junto a la catedral, para disfrutar de la música de la marimba. Siempre presente en Tuxtla, en Chiapa de Corzo y en San Cristóbal.
- Desde San Cristóbal viajaríamos hacia el norte, a la ciudad maya de Palenque. Fue una gran ciudad hace 1300 años. Dominada, en su época de mayor esplendor, por un gran señor, rey, general y sacerdote, conocido como Pakal. En 1952, un arqueólogo encontró su tumba, aquí, en Palenque, un descubrimiento similar para la arqueología maya al que supuso para los egiptólogos el hallazgo de la tumba de Tutankamon. El sarcófago y la máscara fúnebre de Pakal, están en el museo de arqueología de Ciudad de México pero en Palenque quedan otros tesoros: entre ellos, el palacio de Pakal, el templo de las jeroglíficos, varios juegos de pelota y un muy buen museo que acoge y explica los hallazgos de las excavaciones, que continúan. Cerca de Palenque hay otra ciudad maya, Toniná, donde se encuentra la pirámide maya más alta de México, 75 metros de altura. Pero, entre Palenque y Toniná, habría que relajarse y darse un buen baño. Recomendaría visitar dos cascadas, dos maravillas naturales: las cascadas de aguas azules y la cascada de Misol Ha. Están muy cerca de Palenque y muy cerca, una de otra. Las cascadas de aguas azules las forma el río Tulijá cuando desciende por un tramo escalonado, frenado por rocas y un lecho calizo que da al agua, por sus minerales, un tono muy azul. Hay muchos puntos de acceso para disfrutar, para bañarse en estas aguas. La cascada de Misol Ha es un salto, una cortina de agua de 40 metros de altura y 10 metros de ancho que cae a una poza desde lo alto de una montaña en la que se ha habilitado un pasillo para poder ver esta cascada de cerca, Misol ha, dos palabras que en la lengua local significan “el agua que barre”, como una escoba.
- Y la tercera ruta nos llevaría desde Palenque hacia el sureste, hacia la frontera con Guatemala. Entraríamos en la selva Lacandona para visitar dos ciudades mayas muy especiales: por el viaje que nos lleva hasta ellas y por lo que nos vamos a encontrar. La primera, Yaxchilán. Tiene, aún hoy, un acceso muy difícil. Se llega en barca, por el río Usumacinta, frontera natural con Guatemala. Se toma la embarcación en un lugar llamado Frontera Corozal y se navega, río arriba, unos 40 minutos, para llegar a unas ruinas envueltas, semi ocultas, aún, por una naturaleza salvaje. Parece como si no las hubiera visitado nunca antes nadie, como si las estuviéramos descubriendo nosotros. No muy lejos se encuentran otras ruinas importantes, a las que se llega por carretera, Bonampak, famosas por sus pinturas murales que retratan señores de la nobleza maya. Merecen el viaje, pero mucho más impactantes son las de Yaxchilán, que se recorren por senderos de una selva en la que es fácil ver y escuchar a los monos aulladores. Una selva también habitada, según la leyenda, por los aluxes. Que son los aluxes. Pues dicen que son pequeños seres, con la estatura de un niño y la apariencia de un viejo, creados por los antiguos dioses mayas y condenados a vagar por las selvas y los bosques del sureste de México porque fueron desobedientes traviesos y amigos de las bromas pesadas. Solo cobran vida por las noches. Si se ven, no hay que molestarles.
Estos días son de fiesta grande no solo en Chiapas sino en todo México, por eso proponemos una canción dedicada a todo México. Se llama El viajero. Canta Luis Miguel. Es el canto de un viajero, dice la letra, a su muy querido país. México.