Gitanillas y geráneos

La historia detrás de los patios de Córdoba

Uno de los principales atractivos turísticos de Córdoba son sus patios, un lugar de convivencia y centro de la vida familiar y social. Espacios llenos de historia, luz, agua y vegetación que dialogan en un ambiente único. Y para completar la esencia de estos lugares emblemáticos, sus cuidadores ornamentan las estancias con muebles antiguos o enseres de cocina, entre otros detalles. La imagen del patio cordobés es herencia de la casa islámica que se caracterizaba por la construcción de fachadas orientadas hacia su interior. El aspecto exterior carecía de relevancia pues se constituía con un simple muro ciego. Tras la conquista cristiana de la ciudad esta estructura arquitectónica se mantuvo y aún perdura en las actuales viviendas.

Carles Lamelo

Córdoba |

Además de presentar una fachada, un patio se distingue por engalanarse con una multitud de flores plantadas en arriates y macetas, que se cuelgan en las paredes o se colocan sobre el típico pavimento de chino cordobés. Junto a ellas los pozos o las fuentes embellecen el recinto, conformándose una hermosa imagen en la que se fusionan agua, luz y vegetación, un claro reflejo del pasado árabe de la ciudad. Para culminar la ornamentación, los propietarios suelen incluir también muebles antiguos, enseres de cocina de hierro, fustes, capiteles u otros restos arqueológicos.

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Los patios se viven en tranquilidad y silencio

Para visitar los Patios de Córdoba el ayuntamiento pone un mapa detallado donde ofrecen información de cada patio con imágenes y vídeos, así como la ruta a la que pertenece cada uno. Hay rutas que están organizadas por barrios, donde yo creo que el más representativo es el barrio el Alcázar Viejo y calle de San Basilio por su historia y cercanía con la judería. Son gratuitos y se deja una pequeña ayuda y la gente hace colas de horas. Además antes solo se abrían en mayo que era cuando florecían las flores y ahora están abiertas todo el año.

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Cada patio presenta una arquitectura singular

Druto de una evolución histórica distinta, de modo que resulta una ardua tarea establecer una tipología. Sin embargo, a grandes rasgos los patios se clasifican en dos grupos básicos:

  • Patios monumentales y señoriales: aquellos relativos a antiguos palacios de la aristocracia local o a señalados edificios religiosos, como el Patio de los Naranjos, el de la sinagoga o el santuario de la Fuensanta. Por su parte, entre los señoriales, sobresale el Palacio de Viana que integra doce patios en su interior de diferente estilo arquitectónico.
  • Patios de concurso: todos los que han participado en el concurso municipal desde su inicio en 1921 hasta la actualidad. Se distinguen a su vez dos tipos de clases que se corresponden con las modalidades del certamen: patios de arquitectura antigua y patios de arquitectura moderna o renovada. Los primeros son aquellos que han sido construidos hasta la década de los sesenta y que conservan sus principales características estructurales. En cambio, los patios de arquitectura moderna son aquellos que pertenecen a una nueva vivienda edificada tras la demolición de una anterior o que han sufrido tal nivel de intervención que han perdido sus elementos más significativos.
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Secretos de un buen patio cordobés:

  • Mejor con plantas viejas: El secreto no está en sembrar muchas macetas nuevas, sino en conservar un geranio con cuatro o cinco años, entero, viejo, torcido, uno de esos que al final presente una moña de flores preciosa
  • Que esté limpio como los chorros del oro: Se valora muchísimo la limpieza exquisita. Hay que tener impolutas las paredes para que toda esa cal reluzca blanca frente al color que cada uno quiera elegir para sus tiestos.
  • Son esenciales tres colores: el añil, propio del sur de Córdoba; el albero; y el color almagre, que es ese color que tiene la Alhambra por fuera. Pero también aporta contraste que algunos tiestos no estén pintados para resaltar los barros. En la Subbética tienen alfarería propia, en la ciudad de Lucena, una alfarería muy antigua. Son macetas vidriadas con manganeso de hierro y una forma muy peculiar que crea el alfarero.
  • De aromas, el cordobés entiende y mucho: No puede falta el aroma de azahar, de los naranjos y los limoneros, árboles con mucho encanto y muy presentes en todos (o en casi todos) los patios cordobeses: Es ese sabor a Julio Romero de Torres, de naranjas y limones.
  • Desempolva los muebles de madera antiguos: Es el momento de sacar todas ese mobiliario antiguo: viejas sillas de enea, o las tocineras, también de madera, porque “aunque no puedan estar todo el año en el patio, son días de disfrutar de estos objetos artesanos.
  • Que la musicalidad del agua no falte: No hay que olvidar la importancia de la presencia del agua y de su sonido. Muchos de los patios cordobeses tiene alguna que otra fuentecita o una alberca. Ese tintineo del agua es vital para generar la mágica atmósfera del patio cordobés. Además de la función decorativa, refrescante y recreativa que los musulmanes le dieron al agua (el sonido o el juego de reflejos les chiflaba)