Experiencias diferentes para vivir Girona
Todos los que estén pensando en darse un lujo cercano, pueden estar interesados en un viaje a la provincia de Girona, donde hay muchas propuestas dedicadas al bienestar.
Girona | 21.05.2023 11:51
Aquí en Girona, hay tres zonas principales, cada una con su personalidad, una es la Costa Brava, otra el Pirineo de Girona, y también está el interior, con el gran atractivo de la capital, es el emblema de la calidad de vida que se respira en toda la provincia.
Y la ciudad de Girona además está muy cerca de la costa, de esa Costa Brava preciosa, llena de encanto y de lugares donde las rocas se hunden en el mar entre laderas cubiertas de pinares y que se abre en estrechas calas donde el color turquesa del agua juega con la arena dorada produciendo sensaciones paradisíacas. Girona también está muy cerca de Lloret de Mar, donde por cierto han inaugurado en ese precioso castillo de Lloret, que cierra el arco de la playa por el norte, una instalación dedicada a convertir la lucha contra el deterioro ecológico del planeta en una experiencia inmersiva en dos etapas, una con realidad virtual y otra con una experiencia visual y sensorial desde sillones motorizados que nos llevan a un mundo futuro transformado por nuestros errores.
Visita Girona despacio
Seguramente es menos conocida que otras capitales catalanas y es la más pequeña por número de habitantes, tiene unos 110.000 habitantes, pero muchísima densidad monumental y mucha densidad humana por la belleza del casco antiguo repleto de lugares para disfrutar, bares, restaurantes, terrazas, tiendas estupendas. Una ciudad con un aire italiano en las casas de colores pastel que se asoman al río Onyar, que cruza la ciudad encerrado entre edificios de viviendas pero visible desde los ocho puentes que cruzan el río, por cierto, uno de ellos realizado por Eiffel, metálico y peatonal, que está en pleno funcionamiento. No es raro que se conozca como la Florencia catalana, aunque no tenga un Ponte Vecchio lleno de construcciones, pero por belleza, cantidad de monumentos y encanto merece el apodo. Es muy bonito llegar a la ciudad, cruzar el río por el Pont de Pedra, adentrarte en el casco histórico siguiendo la vía Augusta romana, cruzar una ciudad antigua peatonalizada, ir hasta la basílica de Sant Feliú, donde están los restos del patrón de la ciudad que es Sant Narcís, famoso por sus moscas, al que dedicó Dalí un discurso memorable. Sant Narcís está en una bonita iglesia muy antigua y he estado viendo, a su lado, la iglesia de Sant Lluc, sede de Els Manaies, que son los romanos armados que desfilan en la procesión de Semana Santa, como un recuerdo de la presencia de los romanos en la ciudad.
Festival "Temps de flors"
No se sabe la razón, hay teorías, pero no hay certezas y sólo son manaies en Girona y en Banyoles, es una curiosidad que vale la pena conocer y porque están todavía en Tiempo de Flores y es precioso, con instalaciones de agrupaciones ciudadanas cubriendo de plantas y flores las calles y plazas. Muy recomendable. Lo cierto es que en Girona hay mucho que ver, tiene una catedral impresionante con una espectacular escalera barroca ante su puerta y con la nave más ancha del gótico español en su interior y como está en una peña sobre el río, los desniveles hacen la ciudad espectacular en su exterior y llena de cuestas y escalinatas en su interior.
Hay que hacer un recorrido por la muralla de tiempo de Carlomagno, cuando Girona fue el límite de la Marca Hispánica, entre la cristiandad y los musulmanes. Y lo bonito es que Girona conserva un trazado urbano medieval, antiguo, con baños árabes y con memoria de un call, de un barrio judío, de los que están mejor conservados de Europa y con dos monumentos importantes del gótico catalán, Sant Nicolau y Sant Pere de Galligants. Toda la ciudad está llena de soportales, de tiendas elegantes y de locales de muy buena calidad gastronómica, que además tienen buena relación calidad precio. Estuve cenando en el restaurante de Casa Cacao, el delicioso hotel de los Hermanos Roca junto al casco histórico, muy recomendable y con una preciosa terraza desde la que se ve la ciudad iluminada por los últimos rayos del sol al atardecer.
Salud y bienestar en Girona
Ahora el campo está verde y maravilloso y nos invita a movernos cerca de Girona, visitando esos pueblos medievales bien conservados, como Pals, Peratallada y otros menos conocidos como Monells, Madramaña, o Begur. Y por supuesto puedes acercarte a visitar la belleza de las excavaciones de la ciudad griega y romana de Empúries, pero a su lado, a orillas del Mediterráneo, puedes quedarte en un hotel encantador, en el hotel Spa Empúries, junto a las ruinas, junto al mar y con un jardín de especies gastronómicas. Allí tuve una experiencia olfativa increíble de la marca Bravanaríz, que elabora perfumes a partir de las especies botánicas de la zona, recolectando las flores en el bosque y enseñando a elaborar y catar los perfumes, con plantas como cantueso, caléndula, siempreviva, jara pringosa, romero, construyendo perfumes que son paisajes aromáticos y logrando fragancias únicas, un trabajo que es creación de Ernesto Collado y tan interesantes que han sido publicadas por el New York Times. Lo que me ha encantado es que se basa en el conocimiento y disfrute de la naturaleza del territorio.
Con jardines costeros espectaculares de propiedad privada, como el de Mar i Murtra y el que estuve viendo ayer, el de Santa Clotilde, frondoso, asomado a las calas mediterráneas, cuidadísimo, lleno de fuentes, estatuas, flores, una gozada, un canto a la calidad de vida, muy cerca, en otro acantilado de ensueño, hay un sitio increíble que es el hotel Santa Marta donde el Club de Salud y Bienestar de la Costa Brava y el Pirineo de Girona ha organizado un festival de bienestar, muy reducido, donde ayer hubo una sesión de yoga seguida de un concierto de tazones tibetanos, de gongs y de instrumentos sonoros de meditación realmente emocionante a cargo de Edgar Tarrés mientras caía la tarde sobre un mar oscuro que formaba parte de la escena. Y también es muy bonito descubrir un lugar único como es el pequeño y exquisito hotel Más Generós, en Fonteta, que ha recuperado una masía que estaba en ruinas y ha incorporado un jardín que en realidad es un huerto en el que hay alcachofas, fresas, tomates, pero también especies de plantas de flores comestibles y tanto el huerto y jardín como la cocina están a cargo de Iolanda Bustos, que hace cocina con flores y elabora platos muy originales y suculentos, con vegetales de kilómetro cero, o de hectómetro cero porque todo es del huerto del hotel. Una comida espectacular y sanísima que es un emblema también de esa buena gastronomía que no para de crecer en sitios como el restaurante y beach club Gammarús en la cala Canyelles, que también propone su manera personalizada de disfrutar de su bonita playa y esa mezcla de cuidado de la naturaleza en los huertos y jardines, de ese mimo por la cocina local de calidad, por los spa y por los tratamientos de bienestar, forman una oferta muy especial, destinada a mimar el cuerpo y la mente, que es algo que los gerundenses, que tiene uno de los niveles de vida más altos de todo el país, vienen practicando desde hace tiempo, y cada vez lo hacen mejor.