Elegir llevar un estilo de vida saludable puede contribuir eficazmente a la prevención de una enfermedad cardiaca. Para ello es óptimo saber los factores de riesgo de desarrollar esta patología. Desde el servicio de Cardiología del Hospital Universitari General de Catalunya, la Dra. María Matiello, jefe de servicio, nos apunta los principales:
El consumo habitual y frecuente de tabaco hace que los fumadores sean más propensos a la arterioesclerosis (estrechamiento de las arterias) porque la nicotina contrae los vasos sanguíneos y el monóxido de carbono puede afectar su revestimiento interno. El tabaco eleva la frecuencia cardíaca y la presión arterial, endurece las grandes arterias y puede causar irregularidades de ritmo cardíaco. Los fumadores son más propensos que los no fumadores a sufrir un ataque cardíaco.
Tal y como recoge Quirónsalud, una alimentación sana compuesta por frutas, verduras, fibras, frutos secos, pescado, té verde, cereales integrales, legumbres, aceite de oliva, agua natural y carne blanca que tienen menos gras y azúcares tienen efectos muy positivos sobre nuestra salud cardiovascular. Sin embargo llevar una dieta con alto contenido en grasas, sal y azúcar puede contribuir al desarrollo de una enfermedad cardíaca.