Malos hábitos alimenticios y una disminución en la actividad física
La situación actual favorece la aparición de este estrés que repercute de forma negativa en el mantenimiento de una vida lo más o menos ordenada basada en hábitos saludables con constancia.
Expertos en cardiología del Hospital Quirónsalud Sagrado Corazón alertan de la relación existente entre el estrés emocional y el desarrollo de una enfermedad cardiovascular. En los tiempos que corren, la incertidumbre económica, con la subida del precio de la energía, del combustible, el IPC, las hipotecas; todo esto produce en las personas un incremento del estrés al ver que se incrementan los precios y que sus salarios se han visto reducidos de forma drástica y con la incertidumbre de no saber si van a poder seguir afrontando estos gastos.
La situación actual favorece la aparición de este estrés que repercute de forma negativa en el mantenimiento de una vida lo más o menos ordenada basada en hábitos saludables con constancia. Esto provoca que, cuando los niveles de estrés son altos, aparezcan malos hábitos alimenticios, una disminución en la actividad física y un escaso descanso nocturno, favoreciendo, así, a la aparición de los factores de riesgo de las enfermedades cardiovasculares. Algo que hay que tener muy en cuenta, ya que las enfermedades cardiovasculares suponen la primera causa de muerte en los países desarrollados, según la World Heart Federation.
Los factores de riesgo de las enfermedades cardiovasculares se dividen en dos grupos. Por un lado, se encuentran los factores no modificables, como la edad, el sexo o la herencia/genética, los cuales por sí solos no suelen ser causas suficientes para sufrir un infarto. Y por otro lado, están los factores modificables, aquellos que pueden aparecer por causa directa del estrés como son, la hipertensión arterial, el tabaquismo (de cualquier modalidad), tener niveles altos de colesterol (hipercolesterolemia), la diabetes Méllitus, el sobrepeso/obesidad y la baja actividad física o sedentarismo.