La lipoestructura facial permite mejorar la calidad de la piel en el contorno de los ojos
Tal y como recoge el Instituto Oftalmológico Fernández-Vega (IOFV), nuestra expresión facial dice mucho de nosotros, especialmente una sonrisa, y hemos conseguido adaptarnos para transmitir esos sentimientos con la mirada.
Hay una serie de elementos asociados a la Covid-19 que recordaremos toda la vida por haber llegado a formar parte de nuestro día a día. Es el caso de las mascarillas, que con diferentes formas, colores y nomenclaturas han reducido nuestra expresión facial al mínimo posible. Tanto es así, que hemos aprendido a comunicarnos a través de la mirada y ya no sonreímos tanto con la boca sino con los ojos, que se han convertido en el elemento central del lenguaje no verbal, foco de atención y elemento de comunicación principal en esta época.
Tal y como recoge el Instituto Oftalmológico Fernández-Vega (IOFV), nuestra expresión facial dice mucho de nosotros, especialmente una sonrisa, y hemos conseguido adaptarnos para transmitir esos sentimientos con la mirada.
Al sonreír activamos hasta 17 pares de músculos faciales que se reparten entre la boca y los ojos.
Por este motivo, la oculoplastia, el área de especialidad de oftalmología dedicada al tratamiento de las estructuras que rodean el ojo, ha cobrado especial relevancia en el último año. Además de la importancia de transmitir nuestras emociones, también debemos tener en cuenta la percepción que los demás tienen de nosotros al ver solamente nuestros ojos.
Con la mascarilla como complemento esencial en el rostro, algunas pequeñas imperfecciones han empezado a destacar más, como las arrugas de expresión, las bolsas, los párpados caídos, o las ojeras, entre otras. El Dr. Michel Tazartes, cirujano oculoplastico del IOFV explica cómo estas sencillas intervenciones quirúrgicas pueden ayudarnos a recuperar la esplendidez de nuestra mirada. “La cirugía más común es la blefaroplastia clásica, aunque los tratamientos más novedosos están relacionados con la mejora de la mirada a través de cirugías asociadas a la lipoestructura”, comenta el Dr. Tazartes
La blefaroplastia es una técnica quirúrgica que se utiliza cuando existe un exceso de piel y bolsas en los párpados, las típicas ojeras marcadas o un exceso de piel en el párpado superior, que puede llegar a pasar por encima de las pestañas.
La lipoestructura, por otro lado, consiste en rellenar con un injerto autólogo, es decir, con el propio tejido graso del paciente, las zonas en las que este tejido ha ido desapareciendo con los años. Las zonas de reparación más habituales con esta técnica son los pómulos, el labio, la ojera profunda y oscura, la caída de la ceja o el surco profundo del párpado superior. “La grasa no solo proporciona volumen, sino que mejora la calidad de la piel, que se vuelve más clara y sin arrugas. El tejido graso está repleto de factores de crecimiento y de células madre que actúan como regenerador en la piel”, afirma el Dr. Tazartes. Esta técnica también está orientada a pacientes que precisan una cirugía reparadora como, por ejemplo, pacientes oncológicos o con cicatrices pronunciadas.