Es austero, trabajador incansable, metódico, riguroso y, técnicamente preparado para su trabajo diario. Nunca sabríamos cómo sería la moderna y estratégica Farmaindustria de hoy sin Humberto Arnés, pero sí sabemos cómo es ahora gracias al esfuerzo diario y cotidiano de este ingeniero industrial que estuvo en el Ministerio de Industria y Energía, en el Instituto de Fomento de Asturias, en la Agencia Espacial Europea y en el Centro Comunitario de Investigación Nuclear.
Nació en ese municipio que Jaime II fundó y que sería la primera universidad de Cataluña y de la antigua corona de Aragón, en Lérida, un importante núcleo industrial, agrícola, comercial y de servicios. Justo elementos que han forjado el compromiso moral y humano de este español que ha sido capaz de aglutinar la innovación nacional e internacional de la industria del medicamento.
Su liderazgo es consistente, discreto y lejanos de los orgullos vacíos para meterse siempre en el compromiso certero y la capacidad de respuesta inmediata a las emergencias del sector. Por eso, ha contribuido mucho a que España se haya convertido en uno de los líderes mundiales en investigación biomédica que ha hecho del sector un elemento vertebrador y colaborativo con todas las dimensiones de aquellos que desde Europa y el mundo invierten en I+D.
Desde su toma de posesión, tuvo claro que la innovación en medicamentos no era un gasto, sino una inversión con retornos que se pueden medir desde posiciones sanitarias, económicas y sociales. Humberto Arnés es y será siempre en España un reactivador económico del suelo patrio que ha impulsado a todos los gobiernos de cualquier color.