La tiroides es una glándula del sistema endocrino con forma de mariposa, que se localiza en la parte delantera del cuello, sobre la tráquea y debajo de la nuez de Adán. Su función es producir las hormonas tiroideas (T4 y T3). Una alteración en la producción de estas hormonas causa lo que se conoce como Hipotiroidismo, un trastorno cuyas consecuencias van más allá de una simple afección física, según Quirónsalud.
Desde el Servicio de Endocrinología del Hospital Quirónsalud del Vallés nos explican que el hipotiroidismo es el cuadro clínico que se deriva de una reducida actividad de la glándula tiroides, es decir, cuando esta glándula no produce suficientes hormonas, afectando al equilibrio de las reacciones químicas en nuestro cuerpo.
La síntesis de estas hormonas está regulada por la hormona estimulante del tiroides (TSH), secretada en la hipófisis, y tienen como misión fundamental regular las reacciones metabólicas del organismo. Estas hormonas influyen en el control de las funciones vitales como por ejemplo la temperatura corporal y la frecuencia cardíaca.
La causa más frecuente es una enfermedad autoinmune conocida como la tiroiditis crónica linfocitaria o tiroiditis de Hashimoto. Se trata de un trastorno en el que el sistema inmunitario produce anticuerpos que atacan los propios tejidos, involucrando en ocasiones a la glándula tiroides.
Mediante un análisis de sangre y las pruebas de niveles de TSH el médico podrá determinar si se padece este trastorno. Además, en España se realiza el cribado de hipotiroidismo congénito en todos los recién nacidos mediante la prueba del talón. Una vez diagnosticado, el tratamiento es sencillo: consiste en la administración diaria y en ayunas de la hormona tiroidea vía oral, con un seguimiento médico mediante analítica ajustando la dosis si procede.