EN BUENAS MANOS

Fibromialgia, ¿Qué hacemos?

Hablamos de una enfermedad que afecta más a las mujeres y que sufren cerca de un millón de españoles. Aunque para muchas personas se trata de una gran desconocida, la Fibromialgia es una enfermedad y está considerada como tal por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Dr. Bartolomé Beltrán

Madrid | 22.05.2023 07:56

Fibromialgia, ¿Qué hacemos? | ondacero.es

El diagnóstico y el tratamiento es la piedra angular de todas las enfermedades. Sin embargo, hay ciertas patologías que implican un peregrinaje por parte de los pacientes que consultan de un especialista a otro, ya que desconocen aquello que les ocurre. Ponerle nombre a su enfermedad, algo tan simple como esto, no es un camino sencillo para los pacientes que padecen fibromialgia.

Hablamos de una enfermedad que afecta más a las mujeres y que sufren cerca de un millón de españoles. Aunque para muchas personas se trata de una gran desconocida, la Fibromialgia es una enfermedad y está considerada como tal por la Organización Mundial de la Salud (OMS). A pesar de que no se sabe exactamente su origen, sí que se conoce que hay una serie de factores desencadenantes que cuando actúan sobre un sujeto predispuesto genéticamente, se incrementa la probabilidad de desarrollar esta enfermedad. Los síntomas más comunes son el dolor crónico generalizado, fatiga intensa, alteraciones del sueño, parestesias en extremidades, depresión, ansiedad, rigidez articular, cefaleas y sensación de tumefacción en manos.

Tal y como señalan desde la Sociedad Española de Reumatología (SER) el primer paso es tener un diagnóstico. El paciente mejora cuando lo tiene, se siente más seguro para afrontar su enfermedad y esto redunda en una presión menor del sistema sanitario con una reducción del coste económico.

El aspecto emocional es clave en la fibromialgia. Por eso me interesa saber cómo tienen que cuidarse los pacientes. Desde la SER señalan que hay que aceptar el dolor y recuerdan que es una patología en la que “no hay recetas ni píldoras mágicas”. Reconocer la realidad es el primer paso para conseguir cambiar nuestra vida.

Además, hay que controlar las emociones. Es normal que una persona con dolor crónico tenga emociones y sentimientos negativos, pero debe aprender a controlarlos para que no se cronifiquen y se conviertan en un problema añadido. Es lo que hay. Seguro.