Con la llegada del calor, son muchas las mujeres y hombres que comienzan a notar los efectos que las altas temperaturas producen en su cuerpo. La hinchazón en las piernas o la retención de líquidos son los síntomas más comunes derivados de la subida del mercurio y que pueden provocar molestias como calambres nocturnos y sensación de piernas cansadas, según recoge Sanitas.
El efecto vasodilatador del calor impide que el retorno de la sangre desde las piernas al corazón se produzca correctamente, provocando la acumulación de sangre en las venas, lo que da lugar a la aparición de varices:dilatación de los capilares por el aumento de presión y retención sanguínea que están presentes en el 25-30% de la población adulta femenina.
“Esta insuficiencia venosa suele darse con más frecuencia en mujeres y muchas veces se convierte en una preocupación estética. Sin embargo, más allá de lo cosmético y aunque no necesariamente desencadena problemas mayores, prevenir y tratar las varices contribuye a mejorar la calidad de vida y a garantizar el buen funcionamiento del sistema circulatorio”, señala el Dr. Juan Fontcuberta, Jefe de Servicio de Angiología, Cirugía Vascular y Endovascular de los hospitales universitarios Sanitas La Moraleja y La Zarzuela.
Por su parte, David Curto, director Médico, Calidad e Innovación de Sanitas Mayores, recalca que se trata de una patología que también afecta de manera habitual a las personas mayores y cuyos síntomas se agravan con la llegada del calor. “Es fundamental prestar atención a este problema en el caso de las personas mayores ya que suelen pasar mucho tiempo en la misma posición y su actividad diaria, además, disminuye. Esto genera que la sangre se acumule en sus venas, produciendo un abultamiento y las consecuentes molestias”.