Las alteraciones hormonales afectan a la calidad del sueño
En la fisiopatología del insomnio existe un estado de hiperactivación psicofisiológica en el que se ve implicada la actividad cerebral, vegetativa y el sistema endocrino
En España un 23% de la población dice tener alguna dificultad para dormir. Y a pesar de que su prevalencia es mayor en los adultos, ya se puede reconocer también en personas jóvenes. Durante la pandemia causada por el Covid-19 se han realizado múltiples estudios en relación al insomnio. El doctor Vitsidis ha publicado en una prestigiosa revista un estudio que incluía a 2.427 personas, en las que un 37,6% de ellas tenía problemas de sueño, siendo las mujeres y los habitantes de las ciudades los más vulnerables.
Tal y como recoge Quirónsalud, explica el doctor Juan Carlos Percovich, endocrino de Ruber Internacional Centro Médico Habana, en la fisiopatología del insomnio existe un estado de hiperactivación psicofisiológica en el que se ve implicada la actividad cerebral, vegetativa y el sistema endocrino, secundarios en parte a la activación desmedida del sistema de respuesta al estrés mediante alteración del eje CRH-ACTH-cortisol y simpático y del ritmo de secreción de citoquinas proinflamatorias (IL-6 y TNFalfa). “Por consecuencia, muchos autores consideran el insomnio como un estado de hiperalerta o trastorno de la vigilancia que dura las 24 horas del día, lo que produce fatiga continua en los que lo padecen“, indica.
Según afirma el especialista, algo muy importante en el sistema hormonal es el ritmo circadiano, que no es otra cosa que los cambios físicos, mentales y biológicos que se producen de forma rítmica durante 24 horas. El sueño es el ejemplo más claro.
En la fisiopatología del insomnio existe un estado de hiperactivación psicofisiológica en el que se ve implicada la actividad cerebral, vegetativa y el sistema endocrino
“El marcapaso que regula el sueño se encuentra en el tronco del encéfalo y en el diéncefalo y el estímulo más importante es la exposición a la luz solar, por eso se usa en el tratamiento de los trastornos circadianos del sueño y en los trastornos afectivos estacionales”, asevera Percovich.
Por otro lado, “la melatonina, es una hormona sintetizada en la glándula pineal que se empieza a secretar en la tarde y hasta las 5:00 am, momento en que disminuye antes de la aparición de la luz. La melatonina como fármaco puede ser útil para el tratamiento del insomnio de conciliación, sin embargo, no ha demostrado utilidad en el mantenimiento del sueño“, puntualiza.
Existen diversas alteraciones en el ritmo circadiano de muchas otras hormonas durante las alteraciones del sueño. “Por ejemplo, la hormona del crecimiento (GH) disminuye su secreción al inicio del sueño, el cortisol se ve incrementado por la tarde durante el insomnio, y la hormona que estimula a la glándula tiroides (TSH) aumenta por la falta de sueño. En cuanto a las hormonas sexuales, en el envejecimiento las ondas lentas del sueño se ven reducidas por el poco aumento de la testosterona al inicio del sueño. Algo parecido se podría dar en la apnea del sueño”, destaca el doctor Juan Carlos Percovich.