La afonía y la disfonía son algunas de las consecuencias más habituales de un mal uso o empleo excesivo de la voz en el ámbito laboral.
La afonía o pérdida total de la voz suele producirse por la laringitis. Esta inflamación de la laringe puede tener como origen un resfriado común (virus) o el contacto con sustancias irritantes. Otros motivos pueden ser el consumo de tabaco o alcohol, y, con menor frecuencia, el reflujo gástrico.
Los especialistas en Otorrinolaringología han señalado que determinados medicamentos resecan la mucosa y pueden provocar afonía.
La afonía es más frecuente en otoño e invierno, al igual que otras afecciones del tracto respiratorio superior, como la faringitis y la laringitis.
El 40% de los profesores sufre trastornos de la voz, según datos del Colegio Profesional de Logopedas de la Comunidad de Madrid. Además, suelen tener problemas de este tipo los monitores de gimnasio, los artistas de la voz cantada y hablada, etc. La incidencia entre los cantantes se acerca al 50%.