En este episodio, Milton Orejas, continúa adaptándose a su nuevo hogar en Barcelona con Maika. A pesar de la bulliciosa ciudad, Milton encuentra consuelo en los sonidos y sensaciones que lo rodean.
Maika, intrigada por la perspectiva única de Milton, aprende a apreciar el mundo más allá de la vista. Juntos, exploran cómo los olores, el tacto y los sonidos pueden pintar un cuadro tan vívido como cualquier imagen.
Milton comparte sus recuerdos de viajes pasados, no a través de imágenes, sino de los sonidos que resonaron con él, enseñando a Maika que hay más de una forma de "ver" el mundo.